Uruguay sigue siendo el país líder de América Latina en materia de transición energética hacia fuentes renovables, según un índice publicado conjuntamente esta semana por el Foro Económico Mundial y la consultora Accenture.
En una lista que sigue encabezando Suecia, el país sudamericano cayó dos puestos del 11 al 13 en comparación con el ranking de 2020, aunque se mantiene muy por delante de otras naciones de la región. Costa Rica se ubicó en el puesto 26 (un escalón más que el año pasado) y Colombia cayó del puesto 25 al 29.
Otros países de América Latina en la mitad superior son: Brasil (30), Chile (34), Paraguay (36), Perú (42), México (46), Argentina (47), Ecuador (48) y Panamá ( 50). Venezuela figura en el puesto 111 y Haití se convirtió en el peor país de la región con 114, apenas un escalón por encima del colista Zimbabue.
El índice, ahora en su décima edición, muestra que 92 países han avanzado en su transición a energías limpias en la última década, aunque solo 13 de ellos han logrado una mejora “constante”.
Noruega subió al segundo lugar desde el quinto del año pasado con Dinamarca en el tercer lugar, seguida de Suiza, Austria y Finlandia.
Entre las principales economías mundiales, el Reino Unido se destaca en el séptimo lugar y Francia en el noveno, mientras que otras potencias económicas como Alemania (18), Estados Unidos (24), Italia (27) y China (68) quedaron muy por detrás de Uruguay.
Aún así, China mejoró 10 puntos desde 2020, mientras que India (que junto con China consume un tercio de la energía mundial) cayó 13 lugares para terminar en el puesto 87.
Según el informe, la transición “requiere una transformación completa del sistema energético, económico y social global que debe comenzar ahora, ya que la próxima década es crucial para lograr los objetivos climáticos”.
Ocho de las 10 economías más grandes del mundo se han fijado el objetivo de cero emisiones netas para mediados de siglo, y su inversión del año pasado en transición energética superó los 500.000 millones de dólares en todo el mundo, a pesar de la pandemia del coronavirus.
En diez años, el número de personas en el planeta sin acceso a la electricidad se ha reducido de 1.200 a 800 millones, mientras que el desarrollo de las energías renovables ha permitido incrementar la sostenibilidad ambiental y la seguridad energética en los países importadores, según el estudio.
Como contrapartida, el informe señala que la intensidad del carbono (emisiones de gases de efecto invernadero por unidad de PIB) ha aumentado en los países emergentes de Asia y África subsahariana durante la última década. Fuente: mercopress.