Cerca de 40% de la electricidad en el primer semestre, en los 27 países de la UE, provino de fuentes renovables, en comparación con 34% de plantas que queman combustibles fósiles, según el grupo ambientalista Ember en Londres. Como resultado, las emisiones de dióxido de carbono del sector eléctrico cayeron 23%.
El aumento es significativo y alentador para los legisladores mientras Europa se prepara para el gasto de miles de millones de euros para recuperarse del virus y dirigir al bloque hacia la neutralización de su huella de carbono a mediados de siglo.
“Esto marca un momento simbólico en la transición del sector eléctrico de Europa”, dijo Dave Jones, analista de electricidad en Ember. “Para países como Polonia y República Checa, a quienes se les está dificultando salir del carbón, ahora hay una vía clara”.
Si bien la demanda de energía se desplomó, la producción de parques eólicos y solares aumentó debido a que más plantas se alinearon con un clima ventoso y soleado. Al mismo tiempo, las condiciones húmedas impulsaron la energía hidroeléctrica en Iberia y los mercados nórdicos.
Esas condiciones ayudaron a las energías renovables a convertirse en una rareza positiva en medio de todo el tumulto económico de este año. En muchas áreas, las fuentes renovables de electricidad tienen prioridad para la red, lo que significa que podrían seguir creciendo incluso cuando la demanda se redujo y apagaron otras centrales eléctricas.
La demanda de electricidad en la UE cayó 7% en general. La generación de energía con combustibles fósiles cayó 18% en el primer semestre en comparación con el año anterior. La generación renovable creció 11%, según Ember. El carbón fue, de lejos, el mayor perdedor en 2020. Es una de las fuentes de energía más contaminantes y su participación se está desplomando en Europa a medida que el precio del carbón aumenta y los Gobiernos toman medidas para reducir las emisiones. La energía por carbón cayó 32% en toda la UE.
A pesar de los aspectos económicos, la decisión de acabar con el carbón de una vez por todas dependerá de acuerdos políticos entre productores y Gobiernos.
Una consecuencia del salto en las energías renovables es que los precios negativos han aumentado. En días particularmente ventosos o soleados, cuando no hay mucha demanda, se puede inundar la red con energía. Eso está llevando a los parques eólicos a apagar y a pagar a los clientes por consumir electricidad. Fuente: Perfil