Desde hace casi 15 años, Japón impulsa acciones para utilizar la biomasa como un recurso valioso con el objetivo de generar impactos sobre los ámbitos tecnológico, social y económico. La forma de implementación, en una primera instancia, fue a través de la definición de los “BIOMASS TOWN” (pueblos biomasa, en su traducción al castellano).
Este concepto tan simple, llevo a que cada una de las ciudades o distritos, se auto reconozca como una ciudad generadora de biomasa ya sea por sus actividades rurales, industriales o típicamente urbanas (la basura) y proponer al gobierno nacional un proyecto productivo para su aprovechamiento. Así se generaron, empresas que producen compost o energía en aquellas zonas rurales o bien, alimentos para animales y otros tipos de industrias.
Hoy también cuentan con “ciudades industriales de biomasa”, como un concepto más amplio que el anterior. En éstas, utilizan todo tipo de residuo para generar energía, además de recuperar los metales, plásticos, vidrios, etc. de los residuos para volver a insertarlos en el medio productivo, como materia prima.
Con esta iniciativa, lograron generar grandes y pequeños negocios a partir de la biomasa que dan trabajos locales, generando una sociedad orientada al reciclaje con ambientes limpios. El Estado, acompaña siempre desde la constitución de leyes que impulsan y regulan, con líneas de financiamiento, hasta la cesión de terrenos para estos proyectos.
En Argentina hay muchas iniciativas y proyectos de aprovechamiento en marcha que se están generando impulsados por la Ley de Fomento para el uso de las fuentes renovables de energía sancionada a fines del 2015.
Pero existe todavía un terreno con potencial de explotación, que es la biomasa generada a nivel comunitario. Las municipalidades cuentan con biomasa de la más variada calidad de acuerdo con las actividades rurales, urbanas y productivas que se realizan en dicha comunidad. Cada caso es único, hay que estudiar la cantidad y calidad de la biomasa disponible antes de pensar en qué hacer con ella. Pero si algo es seguro, es que todo se puede aprovechar.
Desde INTI, han ayudado a algunos municipios en este sentido. Hemos asesorado en la generación de energía eléctrica y térmica, colaborado en la producción de compost, y orientado para otras actividades productivas, como la fabricación de pellets y briquetas (biocombustibles). El INTI invita a las autoridades municipales a realizar todas las consultas que necesiten para saber cómo cuantificar y caracterizar su biomasa para luego aprovecharla productivamente.
Fuente: El Sol