Unión Europea dispuesta a aceptar un acuerdo sobre biodiésel de Argentina

La Comisión Europea está dispuesta a aceptar un acuerdo con los productores de biodiésel de Argentina.

De esta manera, el organismo busca resolver una larga disputa comercial sobre las importaciones del combustible desde el Viejo Continente.

La semana pasada, la CE había comunicado a los sectores involucrados su disposición a aceptar compromisos de productores que vendan a un precio mínimo.

Próximos pasos

Las partes interesadas tienen hasta el viernes 18 de enero para comentar la propuesta. Además cuentan con una fecha límite del 28 de febrero para la imposición de derechos antisubsidios. No quedó claro cuál sería el precio mínimo. Tampoco cuál sería el volumen de biodiésel autorizado para ingresar.

En caso de no llegar a un acuerdo, los aranceles propuestos por el bloque oscilan entre un 25,0 por ciento y un 33,4 por ciento, dependiendo de las compañías.

De ser exitosas las negociaciones, el acuerdo se implementaría a partir de febrero y tendría una duración de “varios años”. Así lo afirmó una fuente de la industria argentina con conocimiento del proceso.

La Comisión comenzó a investigar a inicios de 2012 las importaciones de biodiésel de Argentina y de Indonesia, por una solicitud de los productores de la Unión Europea.

El bloque impuso derechos ‘antidumping’ a las importaciones argentinas de biodiésel en 2013. Sin embargo, luego tuvo que eliminar la mayoría de estos en marzo de 2018. Ello tras las impugnaciones exitosas en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Tribunal de Justicia Europeo.

La Comisión abrió su actual investigación antisubsidios contra Argentina hace un año.

Un largo camino para el biodiésel de Argentina

El gobierno de Argentina ha mostrado en los últimos años la prédica de que el país austral debe abrirse al mundo y recibir las importaciones sin trabas. Justifica su posición en el hecho de que esta apertura implicará un incremento de las exportaciones. Sin embargo, en sus planes, el camino energético enfrentaba un obstáculo. A finales del año pasado, trascendió que la Comisión Europea recomendaría a los países de la Unión la adopción de un arancel de entre el 25% y el 33,4% para las compras de biodiesel de Argentina.

Según el informe de la CE, los embarques masivos de biodiesel de Argentina “amenazan la industria” continental de biocombustibles. El reporte fue el resultado de una investigación reclamada por productores de la UE. Éstos aseguran que han sido impactados por las importaciones del producto desde al país austral. Ello desde la reducción que siguió a la resolución de la OMC. Aseguran que esta situación los ha obligado a recortar su producción.

La UE considera que la producción de biodiesel está subsidiada en la Argentina porque los productores pagan menos derechos por la exportación de biodiesel que por la de frijoles.

Sin embargo, esa política cambió desde julio y prevé una confluencia entre ambos impuestos hacia diciembre de 2019.

Un panorama desalentador

Estas restricciones suponen para industria argentina de biodiésel un escenario muy pesimista. El mercado de los Estados Unidos se le cerró a principios 2018. Fue entonces cuando la administración de Donald Trump impuso tarifas de hasta el 72% a las importaciones del combustible desde la Argentina. La suma de aranceles por parte de la UE agravaría la situación.

“La Argentina no tiene subsidios a la soja ni a la harina, menos al aceite y mucho menos al biodiesel. Pero debe lidiar con un mundo altamente proteccionista y subsidiado”. Así lo denunció Gustavo Idígoras, director del Centro de Estudios de Sistema Agroalimentario de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

El experto señala que los países importadores impulsan las compras de poroto de soja o, en el mejor de los casos, de aceite de soja. Ésta es la base para la producción del biodiésel. “Perder exportaciones de este combustible es confirmar la victoria del proteccionismo de los países compradores”, agrega.

Fuente: Energía 16

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