“¡Argentinos, planten árboles!”. La arenga que Domingo Sarmiento lanzó en uno de sus discursos hace casi un siglo y medio fue recordada otra vez durante el lanzamiento de ForestAr 2030, el plan interministerial que busca duplicar la superficie de hectáreas forestadas con el propósito de potenciar esa industria y combatir los efectos del cambio climático.
La meta es pasar de las 1.300.000 hectáreas forestadas actuales a más de 2.000.000 de aquí a 12 años, lo que redundaría, según las expectativas oficiales, en llevar los 100.000 puestos de trabajo del sector a 200.000.
El ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, resaltó que el plan “cumple con tres cualidades necesarias: sostenibilidad social, económica y medioambiental. Plantar árboles no es solo retener carbono para un mejor ambiente, sino generar empleo. Hay 7.000 pymes involucradas en la actividad y tenemos que seguir sentados en la mesa mundial para ofrecer más productos de forestación”.
En diálogo con ámbito.com, el funcionario afirmó que existen oportunidades para generar empleos en toda la cadena, “desde la plantación de los árboles, el raleo, los viveros, el transporte, la manutención y la industria en sí misma”.
“El potencial es enorme, porque tenemos las tierras más aptas, un clima ideal y productores muy capacitados. Un árbol que acá cosechamos a los 14 o 16 años, en otras partes del mundo tienen que esperar 60 o 70 años para que alcance el mismo diámetro”, graficó.
Aclaró además que las especies a plantar “dependerán de la zona, porque algunas se dan más para el eucalipto, otras para el pino” y vaticinó que “habrá mucho mercado por la necesidad de papel o para la construcción de viviendas de madera, más eficientes para ahorrar energía”.
Otro aspecto apuntado son los proyectos de biomasa, que utilizan las sobras del proceso forestal para generar energía limpia. El primero de los emprendimientos de este tipo del Programa RenovAr comenzó a generar electricidad en agosto pasado en Puerto Esperanza, Misiones. Demandó una inversión de más de $ 100 millones, la construcción de una planta de 10.000 m2 de superficie y la contratación de 400 obreros y entrega energía al Sistema Interconectado Nacional.
Etchevehere barajó también la posibilidad de “radicar industrias como papeleras y pasteras”, un antecedente que rápidamente trae a la memoria el conflicto con la uruguaya Botnia. “Está perfectamente demostrado que haciendo las cosas bien no causa ningún impacto negativo”, subrayó.
Por su parte, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, sostuvo que “No solo deforestar cero es nuestra meta, sino que también lo es la reforestación mediante un trabajo convergente y sinérgico. Nosotros sabemos las hectáreas que queremos forestar y el dióxido de carbono que queremos absorber, pero también sabemos que agregará valor y permitirá exportar y generar ingreso de divisas, como una inserción inteligente en un mercado cada vez más competitivo”.
“Tenemos que traducir el problema del cambio climático en una oportunidad; el impulso a una economía de múltiple efecto, a partir de la comunicación y educación respecto a los beneficios ecosistémicos del bosque y de la cadena de valor de la madera, de planes de inversión, de la generación de nuevos negocios”, agregó.
El programa, en el que intervendrán las carteras de Ambiente, Agroindustria, Producción, Desarrollo Social, Trabajo y Educación, contará con la asistencia de la organización ecologista The Nature Conservancy, y fue anunciado en el marco del Día Mundial del Ambiente.
En los próximos meses se definirá además el futuro de la ley de promoción de Bosques Cultivados, que determina las nuevas plantaciones que puedan amortiguar el daño ambiental que se produjo por la reducción en la masa de bosques nativos con que contaba el país. Sancionada en 1998 y prorrogada en 2008, la 25.080 tenía un plazo de ejecución de diez años, por lo que sus metas vencen este año y deberán ser revisadas.
Fuente: Ámbito
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