La naviera CMA-CGM ha escogido a la empresa energética Royal Dutch Shell para que proporcione biocombustible marino de segunda generación a los buques de su flota. Gracias al combustible ecológico relacionado con este contrato, el cual se obtiene a partir del reciclaje de aceite de cocina usado, permitirá a los buques de la naviera recorrer casi 1 millón de kilómetros, lo que equivale a más de 80 viajes de ida y vuelta entre Rotterdam (Países Bajos) y Nueva York (Estados Unidos).
Para llegar a este punto, CMA-CGM llevó a cabo las primeras pruebas para el uso de biocombustibles marinos a bordo de los portacontenedores White Shark y Alexander von Humboldt, a principios de este año. La iniciativa se enmarcó dentro de un programa conjunto con el área de logística de IKEA, el fabricante de biocombustibles marinos GoodFuels y el puerto de Rotterdam.
Con la colaboración de Shell, el operador francés quiere “acelerar y expandir el uso de los biocombustibles en el sector del transporte marítimo”. Formado por un 80% de fuelóleo bajo en azufre (LSFO) y un 20% de un biocombustible obtenido a partir de aceite de cocina usado, este nuevo combustible ecológico disminuye un 80% las emisiones de gases de efecto invernadero y prácticamente elimina las de óxidos de azufre, según explica la naviera.
A pesar de que la compañía marítima ha avanzado en el uso de combustibles menos contaminantes, la naviera CMA-CGM ha anunciado que abandona el Ártico para sus rutas desde Europa hacia Asia. Debido al deshielo de dicha zona, las embarcaciones tendrán que dejar de navegar en poco tiempo. Fuente: Noticias Logística y Transporte.
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