La energía generada a través de la quema de residuos de la naturaleza no para de crecer en todo el mundo, sobretodo en algunos países que marcan tendencia como España y otros nórdicos. La biomasa no es más que el sobrante o los residuos de los bosques que en lugar de quedar en el olvido, son recolectados, aprovechados y llevados a un proceso para generar energía y calor.
Esos procesos transforman dichos restos en astillas o pellets que se queman en grandes calderas o en estufas exclusivamente para biomasa generando calefacción y agua caliente para miles de hogares, escuelas, hospitales y hoteles. Como valor agregado, los bosques se benefician ya que “limpiarlos” de estos excedentes reducen la posibilidad de los incendios forestales.
Ahora, los principales impulsores de esta fuente de energía renovable es ampliarla y extenderla a todos los continentes. En Chile, por ejemplo, es la energía renovable más utilizada, incluso 13 veces superior en comparación con el uso de la energía solar y eólica, y por debajo del petróleo crudo, es la segunda más utilizada superando al carbón y el gas natural.
De hecho, en algunos países como el trasandino, es tan importante como fuente energética nacional, que muchos gobiernos sancionan leyes para privilegiar la producción, el transporte y la comercialización de biocombustibles sólidos o biomasa, principalmente leña, pellets y astillas. Como resultado, se busca elevar los niveles de eficiencia y disminuir los de emisión.
Por el momento, en los países que más avanzaron en la material, el principal uso de la biomasa es industrial, donde el 80 por ciento son empresas, pero a su vez, en cuanto a calefacción por esta vía, hay ciudades donde el 90 por ciento de los hogares se abastecen de biomasa. La climatización hogareña indebida produce miles de muertes al año, independientemente del país en que se indague el tema. Gracias a la biomasa, se reducen los casos fatales por mala combustión. Fuente: El Intransigente.
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