Según los registros oficiales de octubre pasado, en el país hay 48 usuarios-generadores (entre residenciales y empresas) con una potencia instalada de 430 kilovatios (kW). Esto significa el triple respecto del mes anterior, y para fines de noviembre se espera que se sumen otros 33 usuarios con 400 kW adicionales que ya tienen la instalación completa, pero están esperando el cambio de medidor por uno bidireccional, que registra tanto la energía que el usuario toma de la red como la que entrega. Además, hay 267 proyectos en trámite que involucran 2573 kW.
El límite de potencia para la autogeneración de energía es de dos megavatios, lo que equivale a tres hectáreas de panelesEl límite de potencia para la autogeneración de energía es de dos megavatios, lo que equivale a tres hectáreas de paneles.
Antes de la sanción de la ley 27.424, aprobada en 2017, pero reglamentada e implementada recién éste año, existían ya usuarios particulares que generaban energía, pero se trataba de una motivación fundamentalmente ecológica, porque no existía un método para aprovecharla al 100% y vender el excedente al sistema, aumentando el ahorro económico. La única forma de optimizar el uso de las instalaciones era hacer coincidir el momento de mayor generación con el de mayor consumo.
Además, el Gobierno incentiva la autogeneración con créditos fiscales para compensar IVA o Ganancias. “Eso está dinamizando fuerte la demanda en el sector pyme porque estos certificado pueden representar 30% del valor de la inversión”, detalló Romero. El monto del certificado es de $30.000 por kW instalado, hasta un máximo de $2 millones por instalación.
Uno de los proyectos en trámite más grandes es el de la bodega Trivento, ubicada en la localidad mendocina de Maipú. La bodega cuenta con un predio industrial de 80.000 metros cuadrados e instaló una planta fotovoltaica de 270 kW, lo que cubre el 10% de su consumo promedio anual. Calculan que generará un ahorro anual promedio de $1,6 millones, según expresa la nota de La Nación.
Si bien es muy difícil calcular el precio de los dispositivos, porque depende de sus características y su potencia, González estima que un equipo para una casa, con batería de acumulación, comienza en US$15.000 y uno sin acumulación de 1,3 kW, en US$1000.
Ya hay 48 usuarios-generadores en el país, entre residentes y empresas, y 33 usuarios más con la instalación completa, esperando a ser habilitadosYa hay 48 usuarios-generadores en el país, entre residentes y empresas, y 33 usuarios más con la instalación completa, esperando a ser habilitados
Los empresarios del sector aseguran que en los últimos cinco o seis años fueron bajando los costos de los dispositivos por la mejora de las tecnologías y la ampliación de la oferta. La recuperación de la inversión tiene un período aproximado de seis años y los equipos tienen una vida útil de 25 años.
Este régimen aplica para las empresas medianas y chicas. Las compañías más grandes están encuadradas dentro de la figura de Grandes Usuarios Habilitados y desde la sanción de la ley 27.191, en 2015, están obligadas a cubrir parte de su demanda eléctrica con energías renovables (el objetivo suscrito en el Acuerdo de París es alcanzar el 20% para 2025). Para cumplir pueden comprarle la “energía limpia” a un generador privado (es el caso de Toyota, Budweiser o Coca-Cola) o pueden autogenerarla, como YPF o Aluar. Otra diferencia es que por por su volumen de consumo, les conviene mucho más recurrir a un parque eólico que a paneles solares.
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