El Gobierno aumentó los valores de los biocombustibles y agregó un nuevo factor de presión a los precios de las naftas, ya que las petroleras deben cumplir con un corte de combustible renovable en sus productos.
Según las disposiciones 35 y 36/2019 publicadas en el Boletín Oficial, los precios de los biocombustibles a base de etanol y maíz (naftas) y biodiésel subirán entre 2 y 3,5 por ciento, retroactivo al 1 de mayo.
Con estos aumentos, los precios en los surtidores deberían incrementarse entre 1,5 y 2 por ciento, indicaron en una importante petrolera..
Sin embargo, los fabricantes de bioetanol replicaron que el impacto en los precios finales de las naftas es mínimo. Según sus cálculos, un incremento promedio del 2,46 por ciento en los combustibles producidos a partir del maíz y la caña de azúcar incide en apenas 0,3 por ciento en el precio final que el usuario paga en los surtidores, ya que ese incremento se aplica sobre el 12% del litro de nafta, que es la participación de componente renovable.
Desde este mes, los precios del bioetanol elaborado a partir de caña de azúcar suben 3% (de $22,73 a $23,41 por litro) y los del bioetanol fabricado desde el maíz, 1,9% (de $20,87 a $21,27). El biodiésel (en base a aceite de soja) sube 3,5 por ciento, desde $28,73 por litro a $29,74.
El régimen promocional de biocombustibles establece una mezcla obligatoria en las naftas y el gasoil, a precios que fija el Estado para favorecer la producción de fabricantes locales.
La contrapartida es el incremento en los precios de las naftas que pagan los usuarios.
A la suba de los biocombustibles se sumará, a partir de junio, un nuevo incremento en el impuesto a los Combustibles Líquidos y el impuesto al Dióxido de Carbono. Estos tributos se actualizan cada tres meses, en función de la inflación del trimestre previo. En esta ocasión, trasladarán a los surtidores el 11,8% que marcó el Índice de Precios al Consumidor entre enero y marzo inclusive. Eso provocará aumentos en las naftas y los diésel de entre 2 y 2,5 por ciento, según las empresas. La última vez, el Gobierno partió en dos el traslado del impuesto para atemperar las subas de los combustibles.
Además, los empleados de estaciones de servicio recibirán un aumento salarial del 28%. Según un acuerdo que firmaron estacioneros y gremios ante la Secretaría de Trabajo, los sueldos subirán 12% retroactivo a abril, 8% en julio y otro 8% en septiembre.
Las empresas afirman que todavía no trasladaron del todo la devaluación de marzo y abril. Según los cálculos de una de las grandes compañías -validados por otra de las líderes- los combustibles todavía deberían subir un 20% para que las empresas recuperen los márgenes de ganancia. Si el tipo de cambio se estabiliza, las firmas anticipan que habrá aumentos en cómodas cuotas por al menos tres o cuatro meses más.
A la suba del dólar se suma el aumento del precio internacional del petróleo. El barril de brent, la referencia para el crudo local, subió en el año 24 por ciento en dólares y, como el dólar trepó 19 por ciento en el país, el crudo se encareció casi 50 por ciento en pesos. Los combustibles, en tanto subieron en torno al 13 por ciento desde diciembre. El 90 por ciento de los costos de las empresas están dolarizados.
A comienzos de mes, YPF, Axion y Shell (Raízen), las líderes del mercado, aumentaron sus precios entre 4 y 4,5 por ciento. En abril habían fijado incrementos similares. En el último año, la nafta súper, el combustible más vendido, trepó 65,3 por ciento, al ritmo de la devaluación.
A medida que las empresas suben los precios, cae el expendio de combustibles. Según datos de YPF, las ventas caían en torno al 6,5%. Para 2019, el sector espera que la venta de naftas caiga otro 2,8% más y que la de gasoil, 0,7%.
Fuente: El Once.
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