En General Alvarado se viven, literalmente, vientos de cambio. A partir de los conocidos beneficios de la energía eólica, las autoridades municipales se decidieron a promocionar las inversiones en el rubro y apuntaron a convertir el distrito en la zona de mayor emisión de electricidad en el país en base a la tecnología de las turbinas de aire.
Aunque la faraónica obra se hizo muy visible en las últimas semanas a partir de los cortes al tránsito en la ruta 88 -necesarios para realizar el traslado de los componentes que darán funcionamiento al lugar desde el puerto de Quequén-; los trabajos se iniciaron en los últimos meses del 2018, el primero de ellos, a cargo de la empresa de origen chino Goldwind.
El Secretario de Producción de la comuna, Sebastián Ianantuony, confirmó que los trabajos que lleva adelante por estos días la firma asiática forman parte del primero de los dos parques eólicos con los que contará el distrito para el 2020.
El proyecto de Goldwind se lleva a cabo en terrenos de la estancia La Rosa Blanca, un predio de 538 hectáreas situado sobre el kilómetro 46 de la ruta 88, perteneciente a la jurisdicción de Mechongué. Ianantuony, oriundo de esa localidad, aclaró que el parque se denomina “Vientos de Miramar” por definición de la empresa, como representación del nombre de la ciudad más conocida del partido.
“El segundo parque eólico se llamará Vientos Fray Güen, estará emplazado en inmediaciones de la ruta 88 también en cercanías de Mechongué, en una obra a cargo de la empresa Eolia sur, que operará con molinos de origen alemán, responsable del parque eólico La Castellana, ubicado en el partido de Villarino, zona de influencia de Bahía Blanca”, precisó el funcionario.
Los proyectos comenzaron a tomar forma en 2016, cuando General Alvarado ingresó dentro del Plan de Energías Renovables en Argentina (RenovAR) y se gestionó el lote de al menos 500 hectáreas que tomó la empresa Goldwind, fabricante nº1 en su país y nº2 en todo el mundo. “En este primer parque se esperan generar unos 100 mw. a través de la colocación de 29 turbinas a 90 metros”, detalló el secretario de Producción.
En esa línea, Ianantuony describió que “durante la obra civil, que se extiende entre los 12 y los 18 meses, los trabajos demandan un promedio de 150 personas permanentes. Cuando se haga la parte del montaje, se necesitarán unas 300. Una vez terminada, el lugar se maneja con solo cinco recursos humanos”, especificó.
Desde el municipio buscaron ser claros también respecto a los beneficios directos que esta inversión generará en la población, con foco en los montos futuros de las tarifas. “Cuando estos dos parques estén en funcionamiento a fines de 2020, pasaremos a ser el distrito de mayor emisión de energía de la Argentina, pero serán los grandes consumidores los que van a poder pedir tener su potencia contratada. El compromiso está orientado en que esta generación se vuelque al mercado interconectado nacional que maneja Cammesa, a quien le compra energía Edea”, explica Ianantuony.
“Responder si vamos a pagar menos de electricidad no es tan sencillo. Con estos proyectos sí se logrará reducir lo que hoy se paga de energía a partir de los hidrocarburos, que según cuestiones de su pico de consumo tiene un costo de entre 75 y 93 dólares el mega. Esta empresa licitó a 50 dólares. Es decir que se va a poder ofrecer al mayorista una energía a un valor mucho menor del convencional”, reconoce el secretario.
Fuente: 0223
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