La Ley de Promoción de las Energías Renovables, sancionada en 2015, ha sido un pilar fundamental para el desarrollo del sector en Argentina.
Sin embargo, con su vigencia próxima a expirar en 2025, el debate sobre su continuidad o modificación ha generado un intenso debate entre el sector privado y las autoridades políticas.
La ley no solo estableció beneficios promocionales para el sector, sino que también fijó metas ambiciosas para el uso de energías renovables en el país. Entre ellas, destacan la meta de alcanzar el 20% de la matriz energética a 2025 y la obligación para los Grandes Usuarios del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y las Grandes Demandas de cumplir con objetivos de uso de renovables.
A pesar de los logros alcanzados, el sector muestra su preocupación por la incertidumbre que rodea el futuro de la ley. Según datos recientes, la participación de renovables en la demanda alcanzó un récord del 16,1% a finales de 2024, con umbrales significativos en generación eólica y fotovoltaica.
La Cámara Eólica Argentina (CEA) se ha pronunciado a favor de la prórroga de la ley, enfatizando la importancia de asegurar la estabilidad fiscal y la seguridad jurídica en todas las provincias del país. Según la CEA, no se requiere ningún tipo de subsidio ni beneficio fiscal para mantener el impulso del sector.
El debate sobre el futuro de la Ley de Promoción de las Energías Renovables es un tema candente que requiere una atención cuidadosa por parte de las autoridades políticas y el sector privado. ¿Qué rumbo tomará el sector energético argentino en los próximos años? La respuesta dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen en los próximos meses.
Por Cielo Manzi