En los años recientes, las olas de calor se han vuelto un fenómeno común en todo el mundo. Las áreas urbanas se encuentran entre las zonas que más problemas enfrentan durante estas condiciones extremas, a causa del efecto que producen los edificios y la infraestructura.
Por ejemplo, materiales como el hormigón absorben el calor durante el día, pero no logran refrescarse suficientemente por la noche, lo que aumenta la sensación térmica para los residentes. Este y otros retos que ha creado el calentamiento global han servido de inspiración para las autoridades checas en su búsqueda de mejorar la infraestructura urbana. Katarína Svitková, investigadora asociada en el Instituto EUROPEUM, dio detalles sobre el proyecto más reciente de la Administración Técnica de Carreteras de Praga (TSK), que prevé la siembra de unos 17 alisos en la plaza Strossmayerovo náměstí en el distrito de Praga 7. La experta también tocó el tema de la prevención frente a las condiciones climáticas extremas, incluidas las olas de calor, y asegura que los municipios checos, a menudo, no están bien preparados para evitarlas o por lo menos aliviarlas. Svitková indicó que la solución más obvia sería crear más espacios verdes y azules. En realidad, esta estrategia ha resultado ser muy eficaz, ya que un reciente estudio que se centró en 93 ciudades europeas descubrió que la creciente presencia de árboles puede reducir las temperaturas urbanas en un promedio de 0.4°C. Svitková también propuso otras posibles opciones como, por ejemplo, la mitigación de las emisiones de carbono.