A partir de ahora, los grandes consumidores atendidos por punto propio de abastecimiento, como transportadoras y empresas de autobuses que cuentan con sus propios tanques de gasoil, pueden usar hasta un 20% de biodiesel. Para uso agrícola, industrial y ferroviario, la mezcla puede ser de hasta un 30%. Para uso experimental, específico o en otras aplicaciones, existe la posibilidad de utilizar biodiesel puro. Hasta ahora, porcentajes inferiores, como B15 (15%) y B18 (18%) no eran permitidos.
La flexibilización promovida en la medida tiene la atribución de ampliar el consumo del biocombustible, principalmente donde el biodiesel suele ser más barato que el diesel, como es el caso de las regiones Sur y Centro-Oeste.
Brasil importa unos 13 millones de metros cúbicos de combustible diesel por año, equivalente al 23% de su consumo.
El gobierno brasilero decidió jugar fuerte con los biocombustibles como una forma de impulsar la producción agroindustrial, el cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones y el ahorro de divisas en la importación de combustibles. El 1 de marzo pasado el gobierno elevó la mezcla mínima obligatoria de biodiesel en el gasoil del 8% al 10%. Con estas medidas, el gobierno estima una demanda de 5.5 millones de metros cúbicos de biodiesel, lo que ahorra cerca de 3.000 millones de dólares en la balanza comercial.
“Con la ampliación del consumo de combustibles renovables, se espera promover una nueva competitividad para el sector, con posibilidad de reducción de precio para el consumidor, además de ventajas ambientales, económicas y sociales alineadas con la Política Nacional de Biocombustibles (RenovaBio)” dice el comunicado del Ministerio.
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