La región proyecta un crecimiento anual del 15% en energía solar para 2025 según expertos. Brasil y Chile liderarán esta expansión, ocupando el 78% de las instalaciones y proyectos a pequeña escala.
América Latina está acelerando su transición hacia energías limpias, impulsada por políticas gubernamentales favorables y la necesidad de mayor independencia energética. Según expertos, la región proyecta un crecimiento anual del 15% en energía solar para 2025. China es un aliado tecnológico clave en este proceso, con empresas como LONGi, Solis y Pylontech que cuentan con proyectos solares en la región.
La consultora Wood Mackenzie estima que Suramérica expandirá su capacidad fotovoltaica a 160 gigavatios (GW) para 2034. Brasil y Chile liderarán esta expansión, ocupando el 78% de las instalaciones y proyectos a pequeña escala. La región enfrenta desafíos como la saturación de redes eléctricas y limitaciones regulatorias, pero países como República Dominicana y Honduras están implementando políticas para promover la energía renovable.
El director de tecnología de Solis, Sergio Rodríguez, destacó la importancia de la tecnología de almacenamiento de energía para resolver problemas de recorte energético en Suramérica. Los inversores como Solis son facilitadores esenciales de sistemas solares con almacenamiento eficiente. En Chile, Solis está incrementando su oferta de soluciones descentralizadas para espacios residenciales y comercios de tamaño reducido.
La transición energética en América Latina es una oportunidad para reducir la dependencia de combustibles fósiles y promover el desarrollo sostenible. Países como Panamá y Nicaragua también están experimentando un crecimiento significativo en el mercado solar, gracias a proyectos financiados con apoyo asiático. La región tiene un gran potencial para desarrollar energía fotovoltaica y reducir su huella de carbono.