La aviación del futuro podría ser más ecológica y sostenible gracias al proyecto Climate Impulse, que utiliza hidrógeno líquido como combustible.
Bertrand Piccard, pionero de la aviación y fundador del proyecto Solar Impulse, ha lanzado un nuevo desafío: el Climate Impulse. Este proyecto busca desarrollar un avión biplaza que pueda volar alrededor del mundo en nueve días sin escalas, utilizando hidrógeno líquido superfrío como combustible. El objetivo es demostrar que es posible realizar vuelos comerciales más ecológicos y sostenibles que los actuales.
El Climate Impulse es un proyecto ambicioso que requiere la colaboración de expertos en diversas áreas, incluyendo la ingeniería aeronáutica, la química y la física. El avión está diseñado para ser lo más eficiente posible, con una envergadura de 34 metros y un peso de 5,5 toneladas. El hidrógeno líquido será utilizado para generar electricidad a través de una celda de combustible, lo que permitirá al avión volar durante largas horas sin emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque el proyecto es prometedor, también enfrenta importantes desafíos técnicos y logísticos. La manipulación de hidrógeno líquido superfrío es extremadamente difícil y requiere una tecnología muy avanzada. Además, el avión debe ser diseñado para ser lo más ligero posible, lo que puede afectar su estabilidad y seguridad. A pesar de estos desafíos, el equipo del Climate Impulse está confiado en que pueden superarlos y demostrar que el hidrógeno líquido es una opción viable para la aviación sostenible.
El proyecto Climate Impulse tiene el potencial de revolucionar la industria aeronáutica y demostrar que es posible realizar vuelos comerciales más ecológicos y sostenibles. Aunque el proyecto aún está en su fase inicial, ya ha generado un gran interés y expectación en la comunidad científica y aeronáutica. Si el proyecto tiene éxito, podría marcar el comienzo de una nueva era en la aviación sostenible.
Fuente: proceso