Un equipo de investigadores de la Universidad de Haifa (Israel), liderado por Joshua Schmidt y Guy Bar-Oz, estudió cómo las variedades de uva y las técnicas de cultivo tradicionales del desierto del Néguev pueden aportar miradas innovadoras para delinear nuevas estrategias específicamente orientadas a enfrentar las adversidades climáticas actuales.
En un mundo donde los efectos del cambio climático desafían de manera constante a la agricultura tradicional, el equipo de bioarqueólogos, historiadores culturales, paleogenetistas y etnógrafos entrevistaron a agricultores locales y analizaron el ADN antiguo de restos de uvas. A partir de este ambicioso estudio, los expertos demostraron que estas prácticas tradicionales pueden fortalecer la resiliencia de los viñedos modernos frente a los desafíos climáticos. Schmidt explicó que “los viñedos son una inversión a largo plazo, y entender el contexto histórico de la viticultura en regiones áridas como el Néguev puede proporcionar a los viticultores modernos conocimientos esenciales”. Por su parte, Bar-Oz afirmó que “este estudio subraya la importancia del conocimiento histórico en la agricultura contemporánea”, y agregó que “al entender cómo los agricultores del pasado enfrentaron los desafíos de su entorno, podemos informar prácticas actuales, mejorar la sostenibilidad de la industria vinícola y preservar las ricas historias y linajes vitícolas en regiones productoras de vino”.