Mientras las automotrices tradicionales crujen a nivel mundial, las marcas chinas siguen ganando terreno de la mano del crecimiento de los vehículos eléctricos.
Volkswagen, Nissan, Stellantis, entre otras, se encuentran enfrascadas en diversas crisis, pero todos los casos tienen un denominador común que es la consolidación en la industria de los fabricantes del país asiático. En pocas semanas, con la asunción de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos, marcará el inicio de una nueva etapa en la relación entre las automotrices chinas y el resto del mundo. En este contexto, 2025 no será un año más en esta batalla. Para el año próximo se prevé que las ventas de vehículos eléctricos en China superen por primera vez a las de los automóviles tradicionales. De esta manera, Pekín se adelanta a su tiempo y se pone a la cabeza de la revolución de los autos eléctricos, dejando atrás a sus rivales occidentales. Se estima que las ventas de vehículos eléctricos en China aumentarán un 20% hasta superar los 12 millones de unidades, más del doble de los 5,9 millones de 2022. En tanto, se espera que las ventas de automóviles tradicionales disminuyan un 10% a menos de 11 millones de vehículos, una contracción de casi el 30% a partir de 2022. Noviembre fue un mes récord para las ventas de vehículos eléctricos con nada menos que 1,8 millones de unidades vendidas en el mundo, según un informe de la empresa de investigación del sector, Rho Motion. China acaparó dos tercios de las ventas mundiales. El mercado chino volvió a superar su récord anterior establecido en octubre en poco más de 50.000 vehículos. “En total, en lo que va de año se han vendido 15,2 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo, lo que supone un crecimiento del 25% en lo que va de año”, según la consultora.