La cooperativa eléctrica CUECCA instaló en Castelli un aerogenerador fabricado por una empresa argentina que puede llegar a cubrir el 20% de la demanda local. Sus protagonistas cuentan los inicios del proyecto, las dificultades que atravesaron y las metas a futuro para seguir avanzando en el camino de la transición energética.
El proyecto del aerogenerador propio comenzó a soñarse en 2004 y llevó casi veinte años poder concretarlo. Está instalado en el paraje Cerro de la Gloria, que pertenece a Castelli pero está más cerca de la Bahía Samborombón, caracterizada por sus buenos vientos. “El gran problema que tenemos en la Argentina para avanzar en este tipo de energías es que las redes de transmisión no dan abasto. Pero si se pudiera generar en la propia comunidad, no haría falta tanta línea de transporte”, señala Echarren, quien es abogado y ha ocupado diversos roles en la cooperativa desde 1998.
El ingeniero Marcelo Martiarena, gerente de Servicios de CUECCA y quien está a cargo de la parte técnica del proyecto, cuenta que han tenido que saltar varios obstáculos pero se están cumpliendo las expectativas que tenían. “El molino ha demostrado una excelente captación para los vientos de esta zona. En sus condiciones más óptimas, la generación a partir de energía eólica puede llegar a cubrir entre el 15 y el 20% de la demanda total del pueblo”, asegura.
Entusiasmados con los resultados, ya están pensando en el paso siguiente del proyecto, aunque saben que esto llevará más tiempo debido a la necesidad de obtener mayores inversiones. “El mundo va hacia la generación de renovables. Queremos que esto no se agote en el molino y aprovechar el conocimiento en el que nos hemos ido formando”, dice Echarren.
Y revela el objetivo final: “Queremos tener un parque de molinos”.
Fuente: Info Blanco Sobre Negro
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