Los desarrollos científicos en la Argentina dan mucho de qué hablar ante el mundo. Un ejemplo de ello son los avances que tuvieron lugar en la sede central de INVAP Sociedad del Estado, ubicada en Bariloche y conocida por los prestigiosos proyectos generalmente creados a pedido de empresas de otros países.
En 2014, sin embargo, lanzó una iniciativa suya: un satélite, único en su tipo, cuyo objetivo será el monitoreo de la salud de los océanos y que promete ser revolucionario. Originalmente, este nació bajo un acuerdo entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de Argentina y la Agencia Espacial Brasileña (AEB). No obstante, como el organismo extranjero se enfocó en otros programas, quedó en manos argentinas la creación del Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar (SABIA-Mar), una continuación del SAC-D Aquarius, pero enfocado en estudios del mar.
El objetivo principal de esta misión es el estudio del color del mar argentino, su turbidez, coeficiente de dispersión, entre otros ítems, para así mostrar la salubridad del mismo. Cabe destacar que las masas de agua son uno de los grandes absorbedores del dióxido de carbono. A su vez, también puede obtener información sobre cuerpos de agua internos, como lagos y lagunas. Este revolucionario satélite está siendo construido en la sede de Bariloche, a orillas del lago Nahuel Huapi y al pie de la Cordillera de los Andes. La investigadora principal de dicha iniciativa es Carolina Tauro, de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. Funcionará a partir de una serie de cámaras internas, las cuales están siendo empleadas dentro de la compañía rionegrina. Serían altamente sensibles al rango visible del espectro electromagnético, lo que les permite registrar incluso las más mínimas variaciones en la tonalidad del agua.
Fuente: MDZ