Alberga a 120 niños y niñas y se erige como un modelo ejemplar: es 100% sustentable, fusiona educación y conciencia ambiental y es un faro inspirador. Un hito no solo en Argentina sino en toda Latinoamérica.
Poca gente podría imaginarse que esta extraña construcción ubicada en el centro de Mar Chiquita, casi sobre el arroyo El Cangrejo, a cinco cuadras del mar y ahí nomás de la laguna, es una escuela a la que asisten 120 niños y niñas. Tampoco, que este edificio de 315 m2 es 100% sustentable, con un sistema novedoso que prescinde de calefacción o aire acondicionado, que almacena agua de lluvia y reutiliza aguas grises para alimentar una frondosa vegetación en los pasillos. Pero sí: esta es la Escuela Primaria Nº 12, un modelo ejemplar de sostenibilidad y conciencia ambiental. Esta institución, construida en 2018, no solo marca un hito en Argentina, sino que se destaca como la segunda escuela sustentable en Latinoamérica.
Este proyecto nació gracias a la colaboración de más de 200 personas provenientes de distintos puntos del país y del mundo. Y tenía un antecedente: la construcción de otra escuela similar en Jaureguiberry, un balneario del Uruguay. Detrás de todo este movimiento está la ONG uruguaya, Tagma, una iniciativa que nació de un “sueño, un tanto ingenuo”, según cuenta su fundador, Martín Espósito. Desde entonces, Tagma se dedica a desarrollar proyectos innovadores enfocados en la educación ambiental y la sustentabilidad. Según Espósito, el objetivo era construir una escuela pública sustentable que combinara el hecho comunicacional con el impulso inspirador para otras instituciones educativas.
El proyecto comenzó a tomar forma en 2017 y en marzo de 2018 se puso en marcha, en asociación con otra ONG argentina, Amartya, que ya estaba trabajando en el municipio. La construcción se realizó en tan solo 45 días: utilizaron más de 25 toneladas de materiales reciclados, como latas, botellas, cubiertas de autos y cartón, junto con materiales tradicionales.
Fuente: La Nación
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