Colombia, un país rico en recursos naturales, se ha propuesto convertirse en un líder en la implementación de fuentes de energía renovable. Según el Gobierno, esto implica la instalación de una capacidad de generación de entre 1,5 a 4 gigavatios (GW) a partir de fuentes no convencionales.
Las energías renovables que se incluyen en este plan son diversas y prometedoras. El país está apostando por el hidrógeno, la energía geotérmica, solar, eólica, hidroeléctrica, la energía de los mares y el aprovechamiento de residuos. Estas fuentes ofrecen un gran potencial para diversificar la matriz energética de Colombia y reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
La apuesta por el hidrógeno es particularmente llamativa. Colombia tiene una ubicación estratégica y condiciones geográficas favorables que podrían convertir al país en un exportador de hidrógeno. La capacidad instalada de electrólisis necesaria para lograr esta meta posicionará a Colombia como un actor relevante en la producción y comercio de este recurso energético del futuro.
Además de los beneficios ambientales, la transición hacia las energías renovables también podría tener un impacto positivo en la economía del país. La creación de nuevos puestos de trabajo, la atracción de inversión extranjera y la reducción de la dependencia energética podrían ser algunos de los efectos positivos de esta apuesta ambiciosa.
En resumen, Colombia se encuentra en camino de convertirse en un referente en energía renovable. Su enfoque hacia fuentes no convencionales y su potencial para convertirse en un exportador de hidrógeno demuestran su compromiso con la sostenibilidad y la diversificación de su matriz energética.
Fuente: Zelosos por Buenas Renovables
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