Es la estrategia de Brasil, con el desarrollo del nuevo recurso. La Argentina ya avanzó con el diseño de una estrategia nacional.
El hidrógeno verde, considerado la energía sostenible del futuro, puede impulsar la industria local de fertilizantes, imprescindibles para los agronegocios, y contribuir a reducir la dependencia del país de las importaciones. La frase precedente, que es válida para la Argentina, también lo es para Brasil, país que ha decidido acoger con entusiasmo la tecnología relacionada con el hidrógeno y que compite con la Argentina por sus beneficios para su economía.
Expertos consultados por la prensa especializada internacional explicaron que el hidrógeno puede generar amoníaco, base para la producción de fertilizantes nitrogenados, aunque al día de hoy sigue siendo hidrógeno de origen fósil, obtenido a partir de gas natural, lo cual resulta «caro y contaminante», según los testimonios recabados.
«Hoy Brasil sólo produce fertilizantes nitrogenados con gas natural, que es muy caro en el país. A veces pagamos cuatro veces más de lo que sería ideal para que los proyectos de nitrógeno fueran viables en el país. Este es el principal obstáculo», comentó Maurício Lopes, investigador de la estatal Embrapa Agroenergia.
Fuente: Comercio y Justicia