La integración del país con Chile presentaría ventajas desde el punto de vista económico y financiero, aunque las implicancias ambientales despiertan conflictividad.
El desarrollo del hidrógeno verde en el Cono Sur suele plantearse como una carrera o competencia entre la Argentina y Chile, dos países con alto potencial en términos de recursos renovables. Sin embargo, la posibilidad de trabajar en conjunto en determinados proyectos aparece como un salto superador de esa disputa y permitiría sobrellevar más fácilmente una gran variedad de desafíos a nivel logístico, financiero, de escala productiva y de conquista de mercados.
Especialmente en la fase inicial de esta industria tan incipiente, la sinergia logística y productiva es clave para alcanzar un volumen suficiente para realizar exportaciones en conjunto teniendo en consideración que, los buques cargueros mediante los cuales se transportaría el hidrógeno verde, trabajan con cargas mínimas que no son fácilmente alcanzables.
Por otro lado, la Patagonia ofrece una complementación ideal. El sector de Magallanes en Chile está acaparando una gran cantidad de estudios y proyectos piloto, pero carece de la extensión geográfica del lado argentino y tiene una serie de dificultades de aprobación ambiental por el uso agrícola y ganadero de esas tierras. En ese sentido, emerge la alternativa de utilizar el know howde la experiencia chilena y la ventaja de sus empresas de acceder a un costo financiero Investment Grade -a diferencia de las complicaciones de acceso al crédito por parte de firmas argentinas-, para desarrollar negocios binacionales del otro lado de la cordillera.
Fuente: Diariouno
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