Según el nuevo plan del gobierno se necesitan 86.000 millones de dólares para impulsar la transición energética, aunque se continúa apostando por el gas natural.
Argentina aspira a generar el 57% de su energía eléctrica a partir de fuentes renovables para finales de la década, según un plan oficial de transición energética presentado a finales de junio. El país también se propone construir 5.000 kilómetros de nuevas líneas de transmisión, reducir en un 8% la demanda total de energía y generar un gigavatio (GW) de energía distribuida. El gobierno calcula que el costo del plan asciende a 86.600 millones de dólares.
Estos objetivos representan un cambio potencialmente significativo para la combinación energética de Argentina. Los combustibles fósiles representan hoy aproximadamente el 60% de la generación de electricidad, porcentaje que se pretende reducir al 35% para 2030 mediante la expansión de las energías renovables, incluida la hidroeléctrica, y en particular la eólica y la solar. De los 14 GW de capacidad adicional previstos en el plan de transición, casi 10 GW corresponden a fuentes limpias, y el resto a gas natural, energía nuclear e hidrógeno.
“Es la primera vez que Argentina pone en cifras la transformación necesaria en su sector energético para cumplir los compromisos climáticos del país”, dijo a Diálogo Chino Juan Carlos Villalonga, consultor en energías renovables y ex diputado nacional. Agregó que lo ideal sería que el plan se discutiera “al más alto nivel, pero la atención está centrada en la campaña electoral presidencial” antes de las primarias de agosto y la votación general del 22 de octubre.
En su compromiso con el Acuerdo de París sobre cambio climático, conocido como contribuciones nacionalmente determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), Argentina se comprometió a limitar sus emisiones netas en 2030 a 349 millones de toneladas equivalentes de CO2. Gestionar el papel del sector energético será un desafío clave para cumplir este objetivo, al ser responsable del 53% de las emisiones del país, según la última actualización de su inventario de gases de efecto invernadero en 2019.
Sin embargo, hasta la fecha, la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles ha sido un objetivo difícil de alcanzar para Argentina. El gobierno tiene grandes esperanzas de explotar Vaca Muerta, una formación geológica que alberga algunos de los mayores yacimientos de gas y petróleo de esquisto del mundo, mientras que la expansión de las energías renovables se ha estancado en gran medida desde la crisis económica del país entre 2018 y 2019.
Fuente: Diálogo Chino
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