El proyecto del hidrógeno, en el que participan, entre otras, la italiana Snam SpA, la española Enagas S.A. y la alemana Open Grid Europe (OGE), se basaría en vastos parques solares situados en lugares tan remotos como el desierto del Sahara para crear la energía necesaria para producir hidrógeno a partir del agua.
El italiano Michele Ricciardi es ingeniero de gas y está a la cabeza de los esfuerzos de los gasistas por prepararse para un futuro con menos carbono: Si los combustibles fósiles desaparecen en las próximas décadas, las empresas de gas natural creen que eso no significa que la infraestructura que los transporta deba desaparecer también.
El esfuerzo de casi dos docenas de empresas refleja el ritmo acelerado de planificación que se está llevando a cabo en la industria mundial del petróleo y el gas, desde los perforadores hasta los refinadores, deseosos de adaptarse a medida que los gobiernos y los activistas aumentan la presión para reducir los gases de efecto invernadero.
Además de la preparación práctica, la transición pone a las empresas en competencia con otras fuentes de energía para obtener financiamiento, incluso cuando invierten miles de millones de euros en mercados que no pueden predecir.
El combustible se enviaría al corazón industrial de Europa a través de la red de gasoductos existentes, una red de 198.500 km que, si se desenreda, podría rodear el ecuador cuatro veces.
Las empresas quieren formar una Red Europea de Hidrógeno (EHB) para evitar que los gasoductos se oxiden y se conviertan en lo que la industria llama “activos varados”.
El proyecto es uno de los cientos de planes para construir una economía del hidrógeno, que según la Unión Europea podría suponer inversiones de hasta 460.000 millones de euros para 2030.
Una red de suministro de hidrógeno podría contribuir a la seguridad energética de Europa: El bloque depende actualmente del gas natural para satisfacer el 28% de sus necesidades energéticas, con un tercio del gas procedente de Rusia.
Los políticos han acusado recientemente a Moscú de retener el suministro mientras los precios del gas subían a niveles récord. Rusia afirma que ha cubierto todas sus necesidades contractuales.
“Creo que es una idea brillante”, declaró a Reuters Frans Timmermans, Comisario Europeo de Acción por el Clima. Adaptar las redes de gas natural existentes para transportar hidrógeno supone aproximadamente el 25% del coste de construir una nueva infraestructura para las energías renovables, dijo.
Fuente: world energy trade
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