Se espera que en los próximos meses ingresen en operaciones unos 1.650 MW solares, lo que permitiría que esta fuente sea la más importante del país en términos de potencia instalada.
Chile es uno de los países del mundo con mejor radiación solar. Las distintas gestiones de Gobierno tienen en claro este potencial y lo acompañan con un marco jurídico estable que generan condiciones de inversión que permiten su aprovechamiento.
Los números hablan por sí mismos. Según el último reporte de Generadoras de Chile (ver), que precisa datos hasta el mes de septiembre, la energía solar fotovoltaica explica el 19,2 por ciento (5.718 MW) de toda la potencia instalada, siendo la segunda fuente más representativa de la matriz eléctrica, sólo por detrás de la hidroeléctrica, que posee el 23% (6.849 MW).
En tanto, las fuentes de energías no renovables pierden terreno. El carbón, que supo ser insignia entre estas tecnologías contaminantes, se ve desacelerada con la salida de centrales y hoy representa el 17% de la matriz (5.064 MW).
Pero el dato más llamativo aparece cuando se analizan los proyectos en estado de puesta en servicio a finales del mes de septiembre. En total, existen 50 emprendimientos por 2.697 MW de potencia; el 60,9% de ellos corresponden a energía solar fotovoltaica, es decir, 1.643 MW de nueva potencia.
Como contrapunto, en esa lista la hidroeléctrica y las fuentes derivadas del petróleo ocupan un lugar marginal: 1,7% (47 MW) y 3,9% (105 MW), respectivamente.
Es decir que la fisonomía de la matriz eléctrica chilena cambiará drásticamente en los próximos meses, cuando comience el 2022 y estos proyectos ya estén operativos.
En efecto, la energía solar fotovoltaica contará con 7.361 MW; por su parte, la hidroeléctrica, tanto de embalse como de pasada, poseerá 6.896 MW, quedando así desplazadas en un segundo lugar.
Fuente: Energía Estratégica
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