Las energías renovables pisan fuerte, tanto que están comiendo terreno (y de forma significativa) a los combustibles fósiles como fuente de energía más barata del mundo, según un nuevo informe de IRENA. Y es que por fortuna, por citar algo positivo de la pandemia de covid-19, el coronavirus ha acelerado esta tendencia. El año pasado, las energías renovables alcanzaron un récord de 200 gigavatios, mientras que el resto del sector energético se contrajo. En medio de la recesión provocada por la pandemia, la demanda de petróleo cayó un 8,8% y la de carbón un 5%, en comparación con el año anterior, según la Agencia Internacional de Energía (IEA), el organismo de control del petróleo con sede en París.
El ritmo y la escala de la transición a las energías renovables ya han superado las proyecciones más optimistas. Está habiendo un auge sin precedentes. La tasa de crecimiento de la capacidad mundial de energía renovable aumentó un 45% en 2020, según el informe de la IEA. Es la mayor tasa de aumento anual desde 1999. En 2020, la energía renovable fue “la única fuente de energía para la que aumentó la demanda, mientras que el consumo de todos los demás combustibles disminuyó”, dice la AIE, cuya misión es hacer que el suministro de energía mundial sea más confiable, asequible y sostenible.
El organismo predice que las grandes ganancias de capacidad en energía renovable se convertirán en la “nueva normalidad” en 2021 y 2022, con aumentos similares al total récord de 2020. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), ha publicado recientemente en su informe que los costes de las tecnologías renovables continúan cayendo “significativamente” año tras año. El director general del organismo, Francesco La Camera, comentó: “Hoy en día, las energías renovables son la forma más barata de energía. Las energías renovables presentan a los países vinculados al carbón con una agenda de eliminación económicamente atractiva que garantiza que satisfagan la creciente demanda de energía, al tiempo que ahorran costes, suman empleos, impulsan el crecimiento y cumplen la ambición climática. Me alienta que cada vez más países opten por impulsar sus economías con energías renovables y sigan el camino de IRENA para alcanzar emisiones netas cero para 2050”.
Fuente: El Confidencial
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