Jóvenes de comunidades aborígenes de Valle Colorado y El Bananal, al este de la provincia de Jujuy, desarrollan proyectos de turismo de naturaleza orientados a la conservación del yaguareté, una especie clave para la estabilización de los ecosistemas en los que habita, se informó hoy oficialmente.
Se trata de un grupo de más de treinta jóvenes de los pueblos Kolla y Guaraní, quienes reciben capacitación del programa Anfitrión Turístico Local con Orientación en Turismo de Naturaleza.
Tanto El Bananal como Valle Colorado se encuentran en la zona sur del Corredor Calilegua-Baritú, lugar hábitat del yaguareté, que está en peligro de extinción, donde a veces tiene contacto con los pobladores en el desarrollo de su actividad rural.
“Por las características de la selva y del entorno hemos decidido que una alternativa muy viable era la actividad turística concebida como turismo rural comunitario en el marco del respeto que tienen las comunidades hacia la naturaleza”, indicó Carlos Trucco, biólogo de la Fundación Biodiversidad.
La capacitación surge de un proyecto de conservación del yaguareté ejecutado por la Fundación Biodiversidad Argentina, con fondos del Programa Pequeñas Donaciones del Fondo Mundial para el Medio Ambiente.
La intención es generar alternativas productivas para la gente que habita en la zona del corredor turístico de las Yungas, armonizando la actividad económica con la conservación de la naturaleza y compatibilizando la conservación con el desarrollo local.
La iniciativa cuenta con el acompañamiento de los Ministerio de Cultura y Turismo y de Desarrollo Humano y del Consejo de Organizaciones Aborígenes de Jujuy (COAJ), con la participación de líderes y comuneros de las respectivas comunidades.
“Creemos que la revalorización del monte por parte de los jóvenes va a permitir que la pérdida de hábitat disminuya a mediano plazo y eso favorezca la merma del acelerado deterioro de la población del felino”, afirmó Trucco.
Según el biólogo, “las comunidades indígenas tienen un vínculo muy fuerte con la naturaleza por una dependencia espiritual con el medio ambiente”.
Actualmente, en Argentina, el yaguareté sólo habita en tres subpoblaciones (yungas, chaco y selva misionera), y en las yungas salto-jujeñas se encuentra la mayor subpoblación con estimación de tamaño poblacional de ciento cincuenta ejemplares, un número muy bajo para una especie tan grande que requiere amplios territorios para poder sobrevivir.
El yaguareté es una especie clave para la estabilización de los ecosistemas en los que habita, ya que al ser un superpredador regula las poblaciones de las especies que captura como presa.
Para los pueblos indígenas, el yaguar (fiera en Guaraní) o uturunku (en Quechua) es un animal sagrado protector de la espiritualidad y guardián del kaa (monte) que convive en equilibrio con las prácticas de los pueblos.
“Pensamos armar el relevamiento poblacional del yaguareté en las yungas por un lado, y por el otro, trabajar con estas dos comunidades locales que están en contacto con la especie y así brindarles la alternativa de beneficiarse de la naturaleza que les rodea”, dijo por su parte Soledad De Bustos, a cargo de la administración de la Reserva Privada El Pantanoso, distante a 20 kilómetros de El Bananal. Fuente: Telam.