Emiratos Árabes Unidos, una potencia petrolera, quiere convertirse en un líder mundial en energías renovables. Está embarcándose en proyectos pioneros y atrayendo talento, inversión e incluso la sede de una importante organización internacional. Apostando por la energía solar y de hidrógeno, la federación espera diversificar su economía, incrementar sus ingresos, mejorar su imagen internacional y alcanzar la independencia energética.
Emiratos Árabes Unidos (EAU) es el séptimo productor de petróleo del mundo, con más de 98.000 millones de barriles de reservas y una de las mayores huellas ecológicas del planeta. Pero ha comprendido que sus riquezas son finitas y ha empezado a construir grandes parques solares. Diversificar su economía es vital si quiere conseguir la tan deseada independencia energética. EAU todavía necesita importar gas natural del vecino Catar para alimentar sus centrales energéticas y producir electricidad, y también para reinyectarlo en los campos petrolíferos y mejorar la extracción del petróleo. Así, la energía renovable le permitiría cubrir su consumo interno, liberando petróleo que podrá exportarse a otros países, incrementando los ingresos.
Otro motivo, quizá más sutil, es la voluntad de Emiratos de convertirse en un nodo tecnológico. Las inversiones en energías renovables vienen acompañadas por centros de investigación, universidades y nuevos puestos de trabajo muy cualificado. Aunque quizá el factor de mayor peso sea el deseo de EAU de proyectarse como un país moderno, puntero y responsable con el planeta. Fuente: El Orden Mundial.