La experta en bioenergías Verónica Geese aseguró que los biocombustibles, así como el resto de las energías limpias, tendrán un rol central en facilitar el ingreso de la producción argentina a los mercados internacionales que están implementando barreras paraarancelarias en base a la huella de carbono de las distintas cadenas productivas.
El vínculo entre la política comercial y el cambio climático adquirió en los últimos años una nueva dimensión en aquellos países industrializados que sostienen que, frente a los nuevos compromisos de reducción de los gases de efecto invernadero (GEI), incrementarán medidas para mantener la competitividad de sus industrias nacionales respecto de las importaciones.
“Hoy, lo inmediato que se puede aplicar en la Argentina para bajar emisiones y sin invertir un sólo peso es la mayor utilización de biocombustibles aumentando los cortes de bioetanol y biodiesel, lo cual se pude hacer en el 99% de la flota de vehículos, descarbonizando al país”, aseguró.
Esa es “la gran discusión, la cuestión que Argentina tiene que tomar en cuenta”, afirmó la cofundadora de la Liga BioEnergética de Provincias en una entrevista con Télam al analizar el nuevo panorama del comercio internacional y los recursos que dispone la producción argentina para evitar esas medidas que conforman barreras paraarancelarias sus exportaciones.
“El 22% del gasoil que se consume en la Argentina lo consume el sector rural, desde el que planta frutillas hasta las grandes compañías que producen soja o leche. Todo ese gasoil se podría reemplazar y de cada uno de esas producciones bajaría su huella de carbono que es lo que en ahora en adelante, la Argentina debe tener mucho mas en cuenta”, señaló.
Para Geese, esa facilitación de las exportaciones nacionales “no sólo deben ser pensadas de las que están orientadas los mercados de Europa que ya hace años lo está pidiendo en sus importaciones, sino también a China, que empieza a meterse en este tema y a utilizar como barreras paraarancelarias el impacto ambiental”.
“No sólo la huella de carbono es importante en el nuevo comercio global, sino también la huella hídrica de los productos que se consumen en el mundo, algo que cada vez se tiene mas en cuenta por parte de los consumidores, y que los países también utilizan como barrera a lo que compite con sus producciones”, agregó al especialista.
La también exsecretaria de Energía de Santa Fe explicó que “el biodiesel argentino que se exporta hace diez años se está calculando la huella de carbono y no se lo deja entrar si no reduce las emisiones y no tiene determinados estándares ambientales”.
“El INTA viene haciendo ese cálculo y ahora se está homologando por zonas de producción del cereal, para seguir la huella de carbono mas precisa”, precisó al anticipar que en poco tiempo se va a concretar “un control de blockchain para ver desde dónde sale la semilla con una trazabilidad absoluta”.
En la Argentina, “por más del peso que tiene en la venta de soja y su producción sea indispensable en el mundo, se sabe que eso no dura para siempre y el mundo ve para donde va el tema alimentario y es importante ya mismo ver esos requerimientos de impacto ambiental”, añadió.
En ese camino, “hay mucho para hacer sin necesidad de hacer grandes cambios de infraestructura”, sostuvo al referirse a las posibilidades que abre la implementación de biocombustibles en reemplazo del gasoil en el transporte de la producción agrícola y las distintas actividades productivas.
Sobre el debate por los hidrocarburos, Geese entendió que “Vaca Muerta si se la explota para exportar el gas y el petróleo, las emisiones no se contarían como un consumo argentino porque termina impactando en quien lo compra, y los biocombustibles reemplazando fósil por la cantidad que se usa y si se usara mas tienen mucho margen las emisiones de los productos argentinos”. Fuente: Telam.