Desde hace de tres años una empresa de Santa Fe recolecta aceite usado de cocina. Llevan más de 3.000 toneladas. El 75% de residuo tratado se exporta para hacer biocombustibles.
Un solo litro de aceite de cocina usado puede llegar a contaminar 1.000 litros de agua y si termina en la tierra puede infantilizarla. El daño de estos residuos orgánicos sigue pasando inadvertido para el común de la gente. Una empresa santafesina desde hace más de tres años se dedica a recolectar aceite usado, le realiza un tratamiento y lo exporta a Europa para la generación de biocombustibles.
Dentro de los residuos orgánicos, los aceites usados en cocinas -tanto en los domicilios como en bares, restaurantes y hoteles- son una fuente de contaminación en especial del agua. Su circulación en las cañerías provoca una baja velocidad de la circulación del agua residual provocando problemas de funcionamiento, además al llegar a las plantas depuradoras dificulta el tratamiento y si desemboca en ríos o mares provoca daño en el ecosistema.
“Es clave tomar consciencia de la situación mundial en la que estamos parados para tomar mejores decisiones para el planeta que le dejaremos a las generaciones futuras”, asegura Sebastián Soso, responsable de Comunicación de DH-SH SRL, una empresa santafesina que recolecta y trata el aceite vegetal usado de la mano de puntos verdes regionales y grandes generadores de todo el país.
DH-SH es una empresa familiar que desde hace más de 10 años es proveedora de servicios de limpieza y saneamiento de la industria aceitera pero en 2017 comenzaron con una nueva unidad de negocios dedicada a la recolección del aceite usado de cocina. Iniciaron en Capitán Bermúdez y localidades aledañas de Santa Fe, para luego ir expandirse a 8 provincias, entre ellas Buenos Aires.
“Desde que iniciamos en 2017, llevamos recolectados más de 3 mil toneladas de aceite usado de cocina. Por la pandemia, la recolección fue un poco menor a la del año pasado pero la proyección para el año que viene es prometedora”, explica Noelia Cappello, responsable del departamento de Ambiente de la empresa.
Sus principales clientes son los grandes generadores como comedores, hoteles, restaurantes, bares, cafeterías, kioscos con venta de comidas, fábricas de copetín, entre otros. Además, recogen de puntos verdes en donde los vecinos pueden llevar sus residuos orgánicos. “Casi quintuplicamos la cantidad de localidades en las que tenemos presencia desde que iniciamos este proyecto”, apunta Cappello al tiempo que advierte que la compañía con habilitaciones para recolectar y con la certificación internacional ISCC.
Sobre el tratamiento que se le realiza al residuo, una vez que el aceite arriba al centro de almacenamiento transitorio, pasa por un proceso de decantación en donde se elimina posible contenido de agua y de filtrado en donde se eliminan restos sólidos de comida. Una vez acondicionado se almacena en tanques exclusivos para su próximo destino.
Mediante este tratamiento se convierte el residuo orgánico en materia prima para otros productos como parte de la economía circular. “Recolectamos y acondicionamos ese residuo, no solo logrando evitar la contaminación de nuestros recursos hídricos sino también acondicionándolo para que las empresas a las que se lo proveemos produzcan bio de segunda generación. De esta manera este aceite se reinserta en el circuito productivo”, sostienen desde la empresa. En ese sentido, DH-SH comercializa el 25% en el mercado interno y un 75% lo exporta a Europa para la generación de biodiesel.
Para incentivar a los comercios y a la población a reciclar, desde la empresa realizan acciones de concientización. En esa línea llevaron adelante el programa Grandes Recicladores con un concurso en escuelas de la localidad de Capitán Bermúdez y visitas a jardines de infantes para educar sobre reciclado. Este año lanzaron una campaña nacional Reciclá Tu Aceite para redes sociales. Además, están expandiendo los puntos verdes al resto de Santa Fe, y próximamente habrá en Mendoza y Corrientes. El objetivo es llegar con este mecanismo a todo el país.
“El mayor propósito es que más y más personas a nivel nacional tomen conciencia del daño que se realiza al ambiente con la incorrecta gestión del aceite usado y se sumen a nuestro proyecto de reciclaje”, concluye Cappello. Fuente: Ámbito.
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