El Gobierno de Salta puso en marcha un proyecto de transformación de la generación energética de trece localidades de la Puna salteña, para pasar de grupos electrógenos a un sistema renovable de paneles solares y generar energía limpia y menos costosa.
“La idea es realizar un cambio en la matriz de generación eléctrica, pasándola a renovable, o sea, energía limpia que comulga con el medio ambiente”, dijo hoy Alberto Castillo, que es el presidente de la empresa estatal Remsa (Recursos Energéticos y Mineros de Salta).
Se trata de tres proyectos ejecutivos “que se están licitando en los próximos 30 o 40 días”, y consisten en el diseño, instalación y puesta en servicio de micro-redes híbridas ubicadas en comunidades aisladas de la provincia de Salta, mediante un sistema de paneles solares, baterías y generación fósil, que brindarán energía mucho más limpia y menos costosa.
Este plan de transformación de la matriz energética de la Provincia, comenzará en las localidades de Cobres, Amblayo y Santa Rosa de los Pastos Grandes, y tiene contemplado incluir a Los Toldos, San Antonio de los Cobres, Iruya, Islas de Cañas, la Poma, Santa Victoria Oeste, Nazareno, Olacapato, Salar de Pocitos y Tolar Grande.
Para todas estas localidades, se prevé la instalación de los sistemas de iluminación de las micro-redes híbridas, los sistemas meteorológicos y la provisión de los controladores automáticos.
Además de Remsa, trabajan en este proyecto el Ente Regulador de los Serivicios Públicos, la Empresa de Sistema Eléctricos Dispersos de Salta y la Secretaría de Minería de la Provincia.
“Salta es una de las siete áreas con mayor irradiación solar en el mundo, y es una política de Estado del gobernador (Gustavo Sáenz) aprovechar nuestra energía renovable, esta bendición de la naturaleza, para generar esta transformación necesaria para la gente y para el planeta”, afirmó Castillo.
El uso de las micro-redes constituye grandes beneficios, como la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, aumentar la eficiencia energética, reducir el impacto ambiental, minimizar el costo energético y las pérdidas de energía en las grandes líneas de distribución.
“Estas localidades consumen actualmente alrededor de $2 millones al mes en gasoil, para alimentar los enormes grupos electrógenos que les proveen la energía”, agregó Castillo, quien sostuvo que se trata de “un cambio sustancial en materia de generación de energía”. Fuente: Telam.
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