El organismo internacional advirtió que los gobiernos de los países de las Américas, han flexibilizado sus acciones de protección al medio ambiente, en vez de fortalecerlas.
El relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y el medio ambiente, llamó la atención sobre los graves efectos ambientales que traerá consigo la pandemia del coronavirus, como consecuencia de la mala acción y prevención por parte de los gobernantes.
Según la ONU, la pandemia ha exacerbado las pautas de desigualdad existentes, destacó que una característica de ello es que las poblaciones más afectadas por el coronavirus, tengan como antecedentes la poca atención del Estado a sus comunidades.
“La situación del medio ambiente y los derechos humanos en América ya era motivo de preocupación antes del Covid-19. En lugar de ver a los gobiernos mejorar las salvaguardias medioambientales en respuesta a la pandemia, se han observado varias regresiones, con consecuencias para el disfrute del derecho a un medio ambiente sano en la región”, aseguró la ONU a través de un comunicado.
La principal recomendación que hace la organización, es que si no se toman medidas urgentes, esas decisiones tendrán consecuencias que consideran graves para los países de la región. Uno de los temas que más preocupa, es que con el deterioro del medio ambiente, se estarían vulnerando derechos fundamentales de las comunidades.
“Es probable que esas decisiones de políticas desfavorables, den lugar a un deterioro acelerado del medio ambiente y tengan repercusiones negativas en una amplia gama de derechos humanos, incluidos los derechos a la vida, la salud, el agua, la cultura y la alimentación, así como el derecho a vivir en un medio ambiente saludable”, señaló la ONU.
Cuando la atención de los Gobierno ha girado en las formas para contrarrestar los efectos del Covid-19, la ONU está pidiendo que los territorios naturales sean protegidos. Expresaron su preocupación por ejemplo, por los proyectos de expansión minera y más cuando las comunidades no son tenidas en cuenta.
“Los Estados deben suspender o abstenerse de aprobar o invertir en cualquier actividad industrial o agrícola a gran escala, si no se han aplicado los mecanismos apropiados de consulta y participación con arreglo a las normas internacionales, incluido el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas”.
Ante este panorama, la recomendación final de la Oficina de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y el medio ambiente, es recordar que “En las Américas, así como en el resto del mundo, la salud humana está inextricablemente ligada a la salud de los ecosistemas, y poner todo el empeño en la protección y la restauración de la naturaleza, es una destacada inversión a largo plazo”. Fuente: Radionacional.co
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