El plan para producir alcohol en gel en las plantas de biocombustibles fue cortado de cuajo por los productores, que lo calificaron como “una irresponsabilidad” por las consecuencias que tendrían en el cuerpo humano.
“Nuestras plantas producen un alcohol apto solamente para el uso industrial o de combustibles. Tiene muchas impurezas que pueden ocasionar daños importantes en el cuerpo”, explicaron desde una de las firmas a LPO.
La propuesta surgió cuando la propagación del coronavirus disparó la demanda de alcohol en gel y el gobierno empezó a pensar formas para incrementar la producción.
En ese marco, la propia cámara de bioetanol de maíz anunció la donación de 150 mil litros de alcohol y las autoridades nacionales convocaron a una reunión para evaluar su implementación a gran escala.
Sin embargo, desde las empresas sostienen que se trató de una cuestión “marketinera”. “Eso pasa cuando todos quieren quedar bien y ofrecen una solución que tiene 70 quilombos adentro”, indicaron a este medio.
“La ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) no está al pedo. Es una irresponsabilidad decir que se puede usar el alcohol de biocombustibles para uso humano. Sólo lo podrían hacer unas pocas plantas sin mucha capacidad”, agregaron.
Según sostienen, en la reunión con el ministerio de Desarrollo Productivo dejaron en claro que sería imposible que el procedimiento lo autorice la ANMAT, por lo que se terminó descartando.
En el mismo sentido se expresó el Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Claudio Molina, que en diálogo con LPO afirmó que “el bioetanol que se destina a uso farmacéutico debe ser sometido a una destilación adicional, para eliminar muchas impurezas, entre ellas, metanol”.
“Los alcoholes que se destinan a usos tradicionales -bebidas, cosméticos, medicamentos y desinfectantes, productos agropecuarios y petroquímicos- representan mucho menos del 20 % del total de la producción. Por lo tanto, la capacidad instalada es muy pequeña. Habría que diseñar una industria que tenga una alta capacidad ociosa, de manera de poder atender situaciones excepcionales como las que estamos viviendo. Y ello solo podría sostenerlo el Estado”, añadió.
En este escenario de urgencia, el Instituto Nacional de Vitivinicultura está flexibilizando algunas normas para ayudar a mejorar la oferta de alcoholes destinados al uso farmacopeo, lo que no sería suficiente para atender semejante demanda. “La oferta no se puede acomodar, salvo que autorices a usar alcoholes que no son aptos”, indicó Molina. Fuente: La Política Online