Mendoza logró en cuatro años posicionarse como la provincia de las energías limpias: se concretaron parques solares, paneles en edificios públicos, proyectos eólicos y pequeñas centrales hidroeléctricas que producen contaminación cero.
“Cuando asumimos, Mendoza no tenía proyectos de generación de energía renovable, y los pocos intentos anteriores de desarrollar proyectos terminaron en desilusionantes fracasos”, afirmó el subsecretario de Energía y Minería, Emilio Guiñazú.
“Esta administración desde el primer día entendió que no podía perderse esa oportunidad y colocó todos sus recursos técnicos a desarrollar proyectos y buscar inversores para la provincia”, agregó.
“Nuestro objetivo era cuidar el medio ambiente y generar empleo, ya que estas iniciativas no dejan regalías y tienen beneficios impositivos”, aclaró Guiñazú.
Mendoza se presentó a las licitaciones del Renovar con proyectos que sumaron más de 700 MW en tres diferentes tecnologías: solar, eólica e hidroeléctrica. El programa nacional de energía renovable le otorgó 17 proyectos a la provincia con 315 MW.
“Estos proyectos presentaron los índices de contenido local más altos del país, llegando al 85% para algunos proyectos solares y al 100% en determinados proyectos hidroeléctricos”, aseguró el subsecretario.
Grandes proyectos hidroeléctricos: la hora de Portezuelo
También se hizo una fuerte apuesta por la energía hidroeléctrica, que no contamina los cursos de agua ni el aire. Se implementaron las pequeñas centrales, que aprovechan la fuerza de los canales sin alterar ni contaminar el agua, y que suman un total de 9 en distintos departamentos.
“Mendoza durante más de 40 años fue capaz de construir una central hidroeléctrica cada 5 años. Esa visión estratégica se perdió en la década del 90, pero la recuperamos al inicio de la gestión”, señaló Guiñazú.
Para volver a generar energía hidroeléctrica, se revisaron todos los inventarios de proyectos de Mendoza. “De ese análisis surgió que el proyecto más avanzado era Portezuelo del Viento y allí concentramos nuestros esfuerzos”.
Portezuelo del Viento es un sueño largamente anhelado por Mendoza: se planteó en la década del 50 del siglo pasado y hoy comienza a concretarse.
Se trata de una central hidroeléctrica que se construirá sobre el Río Grande, el más caudaloso de la provincia, ubicado en el departamento de Malargüe. El embalse será cuatro veces mayor al de Potrerillos y tendrá capacidad para aportar al sistema eléctrico interconectado energía para 130 mil hogares más.
Planteada para cumplir con múltiples propósitos, permitirá proteger la cuenca media y superior del Río Colorado de crecidas intempestivas, y aumentar la garantía de riego para agricultura y ganadería en el sur de Mendoza.
“Hace algunos meses se llamó a licitación y estamos trabajando con los diferentes oferentes para garantizar que el proyecto se ejecute de la mejor forma posible, en plazo y en presupuesto”, aseguró Guiñazú.
Parques solares, paneles y electricidad con basura reciclada
Con la inauguración del parque solar de Junín, ya suman tres en el Este mendocino. En Santa Rosa se construye un parque que tendrá 20 mil paneles y abastecerá de energía a regantes, y el PASIP, con 76.544 paneles fotovoltaicos en Palmira, ya está inyectando energía a la red.
Además, se instalaron paneles solares en edificios públicos como La Nave Cultural, La Báscula y el Gimnasio Municipal Nº3, en Ciudad.
“En esta gestión, Mendoza va a incrementar su potencia eléctrica instalada en 150 megavatios. Para tener una referencia, el complejo hidroeléctrico Potrerillos sumó al sistema 144 megavatios. De esta manera, en diciembre de 2015 Mendoza contaba con 1.428 MW y terminará 2019 con 1.578 MW”, explicó Pablo Magistocchi, vicepresidente de la Empresa Provincial de Energía (Emesa).
“Para completar la lista, hemos terminado una planta de biogás, que utiliza el gas que genera el relleno sanitario El Borbollón a partir de residuos sólidos urbanos”, señaló el funcionario.
El proyecto, que involucra a la Empresa Mendocina de Energía, la Municipalidad de Las Heras, la Universidad Nacional de Cuyo y la empresa de saneamiento TYSA, combina el cuidado el medio ambiente con la necesidad de energía de la población. Fuente: Diario San Rafael
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