Comenzó en el puerto de San Antonio Este, administrado por la empresa Patagonia Norte, la tarea de descarga de las primeras 51 aspas para los aerogeneradores del parque eólico Vientos Neuquinos. El material fue transportado por el “Caribbean Harmony”, un barco mercante de 166 metros de eslora (largo) y 27,7 de manga (ancho), y que lleva bandera de Hong Kong, de donde partió semanas atrás.
La nave ingresó el sábado a rada exterior, un área marítima situada frente a Las Grutas asignada para los navíos que aguardan su turno para atracar en el muelle. El domingo se realizó la operación de “practicaje”, en la cual un experto (el práctico) se dirige una lancha hasta el lugar donde el buque se encuentra fondeado (anclado), lo aborda y luego guía al capitán por el canal de acceso que conduce hasta el sitio que debe amarrar.
El procedimiento requiere precisión por parte del profesional, en el que el estado del clima y del mar juegan un papel importante, por el riesgo latente de que la embarcación se desvíe por pocos metros del rumbo y encalle en uno de los bancos de arena que rodean al canal natural, una particularidad que tiene este puerto. LM Neuquén asistió en exclusiva a ese momento que para la navegación es un trámite habitual, aunque extraordinario para quienes poco conocen acerca del universo de la marinería.
Vientos Neuquinos es el proyecto de energía renovables más grande de la provincia, que estará emplazado en Bajada Colorada, a 38 kilómetros de Piedra Águila y 49 de Picún Leufú. Fue incluido dentro de los adjudicatarios del Mercado Abierto a Término (MATer) de Cammes para el segundo trimestre del año.
Con apoyo de la Agencia de Inversiones de Neuquén, la potencia de este emprendimiento es de 100,5 MW y estará en operaciones en el primer trimestre de 2020. Para lograrlo, obtuvo un financiamiento externo de u$s 122,6 millones. La Corporación para las Inversiones Privadas en el Extranjero (OPIC, por sus siglas en inglés) hizo el desembolso millonario para AES Argentina, una sucursal de una empresa de EE.UU. familiarizada con este tipo de trámites para obtener financiamiento externo. Además de Vientos Neuquinos, consiguió para otro de sus proyectos por u$s 115 millones: un parque de 100 MW en la localidad de Tres Picos en la provincia de Buenos Aires.
El operativo comenzó con el traslado hasta el “Caribbean Harmony” en la lancha de practicaje “Teka”, de la firma de servicios portuarios Nautical, guiada por el patrón Gustavo Ullua, con la asistencia del marinero Franco Dorini. Es un trayecto de unos 50 minutos, en el que se pueden observar delfines, pingüinos, lobos marinos, gaviotas y otras aves que se aventuran desde la costa.
Cuando el barco aparece en el horizonte como una pequeñez que se agiganta, el práctico, en este caso Felipe Cantalejos, anuncia por la radio en inglés que está próximo arribar, y se comienza a coordinar la maniobra. En el buque ya tienen dispuesta una escalera de soga y peldaños de madera que cuelga de babor. Es aquí el momento más tensionante.
La “Teka” parece una miniatura al lado del gigante de acero. Mientras se bambolea al ritmo de las olas, Cantalejos –con chaleco salvavidas, guantes especiales y la mochila en que lleva su instrumental- se para sobre una de las barandas de la lancha ya a centímetros del casco, y decididamente se cuelga de la escalinata con la agilidad que le da la experiencia. Son unos diez metros que trepa sin sobresaltos.
Poco antes había dicho como algo intrascendente que era un día apacible para su trabajo, acostumbrado a hacerlo de noche y con tempestades. Arriba lo esperan varios tripulantes del navío. A lo lejos se distingue que tienen rasgos orientales. Agitan sus brazos como despedida alejarse la pequeña embarcación, mientras se observa que Cantalejos se pierde en el interior de la mole. Va hacia el puente de mando, donde lo espera el capitán para que lo oriente hacia el puerto, otra parte clave de la operación. Según expresó LMNeuquén.
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