La primera planta de energía solar en un establecimiento agropecuario en la Argentina ya está en plena operación. El proyecto demandó más de tres años de análisis, desarrollo y evaluaciones, pero una vez definidos los alcances y permisos correspondientes, en apenas un mes, dos hectáreas de paneles solares fueron montadas, y desde el primero de setiembre están suministrando energía eléctrica.
Se trata de un establecimiento agrícolo-ganadero en Quines, en el noreste de la provincia de San Luis. El establecimiento cuenta con 9.000 hectáreas, de las cuales 1.100 están dedicadas a la producción agrícola en un sistema bajo riego por pivotes centrales.
“Es una zona donde el uso del riego es obligatorio, es decir no es complementario, y donde el costo de la energía es muy alto. Las lluvias en esta zona no superan los 450 milímetros al año, concentrados durante el verano, y con una evapotranspiración muy alta que hace imposible la agricultura en secano”, señala Howard Foy, director de la compañía argentina MWh Solar, la empresa encargada de desarrollar el proyecto.
El campo fue adquirido en 2009 para un proyecto de valorización con ganadería (actualmente el rodeo llega a los 7.000 animales) y agricultura bajo riego. Inicialmente la energía para bombear el agua y mover los pivotes se generaba con gasoil, pero el costo del combustible más los problemas logísticos derivados del gran volumen de consumo los llevó a sustituir gasoil por energía eléctrica de la red.
“Con el paso del tiempo y las actualizaciones tarifarias, la energía eléctrica llega a representar el segundo costo de la empresa, con un problema adicional: mientras todo lo que venden lleva el 10,5% de IVA, la energía carga el 27%, lo cual representaba un serio problema ya que engrosaba un crédito fiscal de muy difícil recuperación”, relata Foy.
Fue ahí cuando los directivos, a fines de 2015, comenzaron a evaluar alternativas para generar la energía eléctrica que requerían. En una primera instancia se pensó en la eólica, pero rápidamente fue descartada por el alto costo de la inversión, el mantenimiento correspondiente y la irregularidad en el suministro de potencia.
Fue entonces que la propuesta de MWh Solar comenzó a tomar forma. La disponibilidad de irradiación en esta región de San Luis es alta y la no restricción en cuanto a espacio permite ubicar a los paneles a una distancia óptima, sin necesidad de recurrir a dispositivos de movilidad para la orientación de los paneles, y con una alta eficiencia en la captación de la luz, a un relativo bajo costo.
“Pero el factor decisivo para avanzar en el proyecto fue la posibilidad de recuperar el IVA que implicaba la inversión”, señala Foy. “En ese aspecto, nuestra propuesta incluye la gestión ante los organismos pertinentes para que un proyecto de esta naturaleza califique dentro de la Ley 27.191 de promoción de Energías Renovables para la Generación Eléctrica. Este aspecto fue determinante para que hoy el 40% de la energía que demanda la empresa sea provista por el parque solar”, apunta Foy.
Es decir que más allá de las exigencias de la Ley que establece un abastecimiento del 20% a partir de fuentes renovables para el año 2025, la toma de decisiones se basó en los retornos económicos del proyecto.
El parque provee 450 kW de corriente alterna originados de 600kWp de corriente continua. Con esto se cubre la demanda de unos cuatro círculos de riego, es decir el 40% del consumo eléctrico de los equipos. Por otra parte, la tensión que entrega la planta solar resulta más estable a la que proviene de la red.
“En lo económico, el ahorro en la factura de electricidad es realmente notable. Solo durante setiembre, haber usado la energía solar significó un ahorro para la empresa de más de 10.000 dólares”, precisa Foy.
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Por otra parte, el proyecto tiene una ventaja adicional: ya que los paneles funcionan todo el año, cuando la empresa no consume la energía eléctrica que produce, esta se vuelca a la red, y aunque el valor que CAMMESA (Cía. Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA) reconoce es sumamente inferior al que la empresa paga por la de la red, significa también una compensación importante.
“Entendemos que somos el primer y único caso de energía solar en el agro donde pudimos incorporar el marco y beneficios de la Ley 27.191, que está pensado para grandes proyectos de inversión para la generación eléctrica. Los beneficios fiscales no son menores, ya que representan una cifra cercana a los 200.000 dólares”, agrega.
Foy sostiene que en regiones donde el costo de la electricidad de la red es muy alto y la disponibilidad de energía solar abundante, los parques solares son la mejor alternativa, no solo para mover equipos de riego sino para la agroindustria en general.
Los directivos del establecimiento se mostraron muy satisfechos con el proyecto y señalan la posibilidad de duplicar la capacidad de generación del parque. Asimismo, comentan que analizaron la posibilidad de incorporar el almacenamiento de la energía, cuestión por ahora descartada por el alto costo de la inversión, pero toman en cuenta que el costo de esta tecnología viene en franco descenso.
“En definitiva, el foco de nuestro servicio está puesto en ofrecer una solución energética a medida que maximice el retorno financiero y minimice el riesgo operativo, llevando de la mano al inversor tanto en la construcción como operación del parque solar, así como en lidiar con la alta burocracia y los organismos oficiales con quienes hay que trabajar. Además, trabajamos fundamentalmente en la gestión de los beneficios fiscales que tienen esta clase de proyectos y que terminan siendo definitorios a la hora de decidirse por la inversión”, concluye Foy.
Fuente: RIA, Consultores
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