Junto al software o la ingeniería en sistemas, la biotecnología es una de las principales actividades de la economía del conocimiento, de las más dinámicas en el entramado productivo argentino. Apoyada en el uso intensivo de la tecnología y el capital humano altamente calificado, es de las pocas que muestra índices positivos, lo que se explica en parte por la fuerte incidencia del comercio exterior en su facturación.
En este marco, el 2019 viene siendo un verdadero hito en lo que refiere a la estrategia de internacionalización de las principales empresas del sector. Desde la llegada a Wall Street de Bioceres hasta la apertura de sucursales en China y Estados Unidos de Terragene, las empresas dieron un paso adelante que facilita la generación de nuevos negocios.
A no confundirse igualmente: la profundización de los lazos con el exterior no es una necesidad exclusiva de las compañías argentinas. Un informe de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO) ubicó este aspecto como la cualidad que más facilita el desarrollo del sector (el costo elevado de la innovación y el período de rentabilidad largo, son, por el contrario, los principales frenos).
La que protagonizó el evento más destacado del año fue sin dudas Bioceres SA, la firma liderada por Federico Trucco que comenzó a operar en la bolsa neoyorquina que se convirtió en la primera nacida en Rosario en llegar a ese lugar.
Vale recordar que Wall Street es el mayor mercado de valores del mundo en volumen monetario y el primero en número de empresas adscritas. El hito se concretó el 14 de marzo, luego de redefinir la estrategia: había intentado salir a la bolsa en 2018 pero la inestabilidad argentina se lo impidió. Finalmente lo hizo absorbiendo una empresa estadounidense, en una operación conocida como “reverse merger”.
“No se trata de un objetivo per se, sino de un paso necesario para iniciar una nueva etapa de la compañía, para globalizarnos, para llevar la tecnología a los lugares que consideramos relevantes, para tener acceso a capital de forma competitiva, y en el proceso separarnos un poco de la coyuntura local”, había planteado Trucco.
A propósito de avanzar por etapas, este año se puso en marcha en Santa Fe la Mesa Provincial AgTech, el cual tuvo como principal objetivo profundizar los vínculos con el ecosistema de la ciudad estadounidense de Saint Louis -el “Sillicon Valley” del sector- como medida para dar un salto de escala al negocio.
Al poco tiempo, una de las firmas del entramado pyme local confirmó la apertura de un laboratorio propio en tierras norteamericanas: Bioheuris. Especializada en tecnologías para el control de malezas y su introducción en cultivos, la decisión permitirá complementar lo que realizan en el país, fortaleciendo las capacidades de investigación y desarrollo. Según expresa la nota de Agrofy.
“Nos va a dar más capacidad, fundamentalmente porque nos permitirá saltear una dificultad que enfrentan los institutos locales relacionada a la demora en traer insumos de afuera”, contó oportunamente a Agrofy News su titular Carlos Pérez.
Otra empresa del ecosistema santafesino que concretó un importante paso en lo referente a su internacionalización es Terragene, recientemente galardonada con el premio Pyme Oro. Con nuevos desafíos por delante, este año comenzó con la apertura de sucursales en Estados Unidos y China.
“Nos estamos ampliando porque hay mucho para crecer”, explicó Adrián Rovetto, a propósito de la estrategia de tener presencia directa en las principales economías del mundo: “Lo fundamental es estar donde está el negocio y lo cierto es que Argentina no tiene un volumen importante”, contó.
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