Las restricciones cambiarias oficializadas el 1° de septiembre por el Banco Central (BCRA) y los sucesivos ajustes que limitan la libre disponibilidad y movimiento de moneda extranjera ya impactaron de lleno en las empresas que construyen parques de energías renovables.
En este contexto, la Cámara Eólica Argentina (CEA) firmó una solicitada -que se publica en la edición de este miércoles- en la que advierte que “las nuevas regulaciones complican el desarrollo del sector”, que tomó impulso en la gestión de Mauricio Macri y fue uno de los pocos que le brindó alegrías en cuanto a resultados económicos en estos cuatro años: entre las rondas públicas y el mercado privado (MATER), se invirtieron más de u$s 3500 millones y hay promesas por casi u$s 5800 millones más.
La CEA está conformada por Genneia, YPF Luz, Central Puerto, Pan American Energy (PAE), Petroquímica Comodoro Rivadavia (PCR), Aluar y Parque Eólico Arauco (entre los operadores) y Newsan, Vestas, Nordex Windpower, GRI Calviño Towers (proveedores).
Las energías renovables son un negocio básicamente financiero: necesitan de una amplia inyección de capital al inicio para la compra de equipos y una escasa inversión en operación y mantenimiento a lo largo de la duración de los contratos, firmados a 20 años en dólares. Los créditos se repagan habitualmente con el flujo de ventas de la electricidad.
Algunas de las empresas mencionadas que son dueñas de parques eólicos manifestaron recientemente problemas para adquirir el financiamiento (debido al elevado costo del dinero y al riesgo país mayor a los 2100 puntos básicos) y para girar divisas al exterior.
La solicitada hace hincapié en que estos proyectos se lograron con financiamiento internacional a 10 o 15 años en dólares y a tasas bajas (“algo único en Argentina”, según comentan en reserva) brindado por bancos de desarrollo y agencias de crédito de exportación (ECAs), bajo el esquema project finance. El limitado acceso al mercado de cambios complica los pagos de los aerogeneradores, las garantías y los seguros y las cuentas de reserva constituidas en otros países.
También, por la normativa vigente, se dificulta la “convertibilidad y transferencia” del dinero recibido por las ventas de energía, que ya no se puede girar libremente al exterior.
En diálogo con El Cronista, René Vaca Guzmán, presidente de la CEA y miembro del Directorio de PCR, aclaró: “No nos expresamos contra el control de cambios. Pero las medidas que tomó el Gobierno de forma apresurada tras las elecciones PASO nos afectan el financiamiento de los parques eólicos”.
Con estos problemas a cuestas, el subsecretario de Energías Renovables y Eficiencia Energética, Sebastián Kind, le pidió el mes pasado a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) -una sociedad mixta que controla el Estado- que se abstenga temporalmente de intimar y sancionar a las empresas por demoras en avances de obras o en el inicio de la operación comercial.
Los parques están financiados y garantizados en su mayoría por agencias y bancos de desarrollo, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el alemán Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW), la danesa Eksport Kredit Fonden (EKF), el francés BNP Paribas, la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación, la estadounidense Overseas Private Investment Corporation (OPIC) y la Corporación Andina de Fomento (CAF) – Banco de Desarrollo de América Latina.
Estas instituciones prestan dinero a cambio de que los parques seleccionen proveedores de sus respectivos países: KfW para Siemens (Alemania), EFK para Vestas (Dinamarca), OPIC para General Electric (Estados Unidos), por caso.
El esquema project finance tiene una ingeniería que cuida a los inversores de los riesgos intrínsecos de la Argentina. De acuerdo a lo que detalló una fuente del sector, el BCRA pide ahora, para reconocer una deuda, que el total del dinero entre al país y se convierta a pesos, cuando, antes, parte de los créditos podía transitar fuera de la Argentina.
“En estas condiciones, las agencias de desarrollo europeas no pueden seguir y eso detuvo créditos por unos u$s 2000 millones (sumando también los préstamos corporativos), con lo que están en riesgo empleos actuales y futuros”, detallaron.
Según dicen, si el BCRA no corrige esto, los bancos no traerían los dólares para pagar mano de obra local, lo que implicará tensiones respecto a los puestos de trabajo y una pérdida de credibilidad internacional en el país. Serían unos 1000 MW en total para todo el sector los que estarían en riesgo de quedar sin terminar de construirse.
De acuerdo a lo que averiguó este diario, Genneia presentó dificultades en cuatro parques eólicos (Chubut Norte II, III y IV y Vientos de Necochea) y Parque Eólico Arauco -una sociedad estatal controlada en un 83,3% por el Gobierno de La Rioja y en un 16,6% por Integración Energética Argentina (Ieasa, ex Enarsa)- tenía listo un inversor que iba a entrar con equity (financiamiento propio) pero se cayó después de las PASO porque no puede conseguir las garantías. Esta sociedad, ahora, ampliará plazos en las etapas 5 y 6 de un proyecto en su provincia de origen.
Fuentes cercanas a la CEA, no obstante, plantearon que casi todas las empresas asociadas están experimentando los mismos problemas.
Una de estas firmas advirtió que el default selectivo (“reperfilamiento”) bajó la calificación de la Argentina -y sus empresas- y señaló además que “si el próximo Gobierno intenta pesificar los contratos y las tarifas”, se profundizará la crisis del sector. Según la nota de El Cronista.
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