António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, tomó una inusual decisión en el marco de la Cumbre de Acción Climática, celebrada ayer en la sede del organismo en Nueva York.
Determinó quién podía hablar en el podio y quién no, en base a que tan ambiciosos eran sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. “Lo dije desde el comienzo, el ticket de entrada a esta cumbre no era un discurso bonito, sino la acción concreta. Y aquí, esperamos sus compromisos”, afirmó el portugués.
En esa decisión, Guterres dejó afuera a los mandatarios de potencias como EE.UU., Brasil y Australia. Pero Donald Trump decidió llegar igual. El presidente estadounidense apareció durante la exposición del primer ministro de India, Narendra Modi, y se quedó a escuchar a la canciller alemana, Angela Merkel, y al francés Emmanuel Macron, desafiando el mensaje que minutos antes había entregado el secretario general de la ONU.
Trump volvería a salir a la palestra en medio de las palabras de Macron. El francés dijo que los países desarrollados tenían una prioridad inmediata: inyectar recursos al Fondo Verde del Clima y así ayudar a que países en desarrollo aumenten su ambición climática. La meta del Acuerdo de París es que, desde 2020, exista un financiamiento de 100 millones de dólares al año para el Fondo.
Macron comprometió aumentar su contribución hasta 1,7 millones de dólares y pidió a Trump sumarse al desafío.
La canciller alemana, Angela Merkel, anunció una inyección extra de 500 millones de dólares a este Fondo y la creación de un seguro para enfrentar catástrofes relacionadas al cambio climático.
El representante chino, Wang Yi -enviado del presidente Xi Jinping-, llamó a respetar el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas” del Acuerdo de París, que tiene que ver con la responsabilidad histórica en emisiones de los países desarrollados. “Debemos respetar las condiciones de los países en desarrollo, su derecho a crecer”, dijo.
Guterres le encargó una tarea a Chile para esta cumbre: la ONU creó nueve carteras de acción para articular el trabajo de la semana y le dio a Chile la tarea de liderar la de Mitigación. Esto tiene que ver con todas las acciones que pueden realizar los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sebastián Piñera estuvo cinco minutos en el escenario. Fue ahí que agradeció el encargo de António Guterres y anunció que ya existía el compromiso de 66 países que presentarán metas ambiciosas para la COP25 respecto al recorte de sus emisiones. Esto lo harían a través de sus NDC (contribuciones nacionales determinadas), el documento que guía la acción climática de cada país bajo el Acuerdo de París.
“Está claro que la COP25 tiene que ser un salto hacia adelante. Esperamos a los países con sus NDC más ambiciosos y más exigibles, porque los que tenemos no son suficientes y no se están cumpliendo”, afirmó el presidente ayer en Nueva York.
Justamente ayer, la organización alemana Climate Analytics liberó un informe que asocia los compromisos de los países en el Acuerdo de París con el cierre definitivo de las termoeléctricas a carbón, las principales emisoras de CO2 a la atmósfera. El análisis dice que, con las plantas de carbón existentes, el mundo se aleja de la meta de los 1,5 °C, llegando a emisiones tres veces superiores a las compatibles con París. “En todas las proyecciones, donde hay una estrategia de reducción de emisiones tiene que haber una caída radical del carbón como productor de electricidad”, explica Paola Parra, autora del estudio.
El análisis tomó el último informe del IPCC para hacer la predicción de que América Latina debe eliminar el carbón como fuente de generación eléctrica como máximo en 2032 si quiere cumplir con las metas del Acuerdo de París. Es decir, ocho años antes del Plan de Descarbonización anunciado por Piñera. Según expresa la nota de La Tercera.
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