Los incendios en el Amazonas ya preocupan en la Argentina. No sólo por el humo que ya llegó hasta el sur de la provincia de Buenos Aires, sino por los efectos de la liberación del dióxido de carbono que producen: sumados al pronóstico de sequías para los próximos meses en el área central del país, aumentan el riesgo de incendios en territorio nacional durante el verano.
En un encuentron con periodistas, el secretario de Ambiente Sergio Bergman describió el posible escenario: “El verano va a venir muy duro en algunas regiones del país respecto del riesgo de incendios. Ya estamos monitoreando y trabajando con Defensa Civil y con las provincias para activar los sistemas de prevención. Esta quema en el Amazonas, que aumenta el efecto invernadero, y sumado a la sequía, crea condiciones propicias para que aparezcan focos ígneos en la zona central y en la Cordillera. El nivel de incidentes de fuego puede ser mayor este verano”.
Desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indicaron que de las condiciones que se esperan para los próximos meses no contribuirían a reducir estos riesgos. “Los focos de incendio son bastante frecuentes en toda la zona central de Argentina: La Pampa, San Luis y sur de Córdoba. Hay años en los que hay mayores probabilidades. En este año en particular venimos con déficit de lluvias hace varios meses y para los próximos meses se espera que la tendencia siga. Si le sumamos el hecho que entramos en primavera, donde las temperaturas son más altas, es esperable que también lo sea la probabilidad de tener focos de incendios”, indicó Cindy Fernández, meteoróloga de la entidad.
No obstante, Bergman aseguró que desde su cartera “monitorean la situación constantemente”. El titular de Ambiente explicó que lo hacen mediante el sistema de alerta, el SINAGIR (Sistema Nacional para la Gestión Integral de Riesgo), que combina información meteorológica un con un sistema de riesgo y emergencia. “Se está trabajando bien en Santa Cruz, Neuquén y Río Negro. Manteniendo los cortafuegos y haciendo monitoreos. En La Pampa [donde hubo graves incendios en 2016] y en Chubut la situación es un poco más complicada”, detalló el funcionario.
Además, Bergman que detalló que ya llegaron a Brasil 200 brigadistas y técnico argentinos, quienes esperan ser localizados en los lugares que las autoridades de ese país dispongan. “Esto que sucede en el Amazonas demuestra que los problemas ambientales deben atacarse en conjunto”, describió.
Los graves incendios que ocurren en el Amazonas pueden excacerbar la sequía en la Argentina por dos razones: la primera porque la ausencia de árboles y la consecuente falta de evaporación impide que esa humedad llegue a los Andes y luego baje en forma de agua hacia los ríos. Y la otra, más indirecta, por la liberación del carbono en la atmósfera. Según se enuncia en Infobae.
Los árboles extraen el dióxido de carbono de la atmósfera y lo almacenan en su interior. Durante toda la vida del árbol, se queda en el ejemplar. Cada vez que se tala o se quema este CO2 es inmediatamente liberado al medio ambiente. Es decir, un trabajo que a la naturaleza le demandó muchos años se libera en un instante. De este modo se acelera ese efecto invernadero. “Este es el principal efecto a nivel regional y después tenés el impacto en emisiones de Brasil, que aceleran el proceso de aumento de la emisión de gases de efecto invernadero”, explicó Hernán Giardini, experto en Bosques de Greenpeace Argentina.
El Amazonas contiene entre 90 y 140 mil millones de toneladas métricas de carbono. Bajo condiciones naturales, las plantas extraen el CO2 de la atmósfera y lo absorben mediante fotosíntesis, un proceso creador de energía que produce oxígeno, el cual es liberado de nuevo en el aire y carbono, el cual permite que la planta crezca.
Este fenómeno también sucede en la Argentina, que aún tiene altas tasas de deforestación. “La ley de bosques se cumple a medias; se ha logrado disminuir algo si comparamos las cifras con las de 2006, pero seguimos teniendo números muy altos. Hoy el mayor riesgo son los planes de avance de ganadería en el Norte en el Gran Chaco. El año pasado en esa región se deforestaron 150.000 hectáreas, de las cuales 100.000 fueron por ganadería y 50.000 por soja”, sostuvo Giardini.
Bergman reconoció el avance de la deforestación aunque destacó que durante su gestión se creó un fideicomiso para que la cartera no perdiera las partidas que exige esta norma, que establece zonas de producción y zonas que no se pueden deforestar. “El ordenamiento del suelo es un debate pendiente que tenemos que dar. Así como también establecer que estamos frente a un servicio ecosistémico. De hecho, tras lo ocurrido en el Amazonas, se acordó con los países de la región que la forestación será uno de los temas a debatir en Santiago de Chile, en diciembre, durante la Cumbre del Clima”, aseguró el funcionario.
Las quemas en el Amazonas, que también afecta a Bolivia y Paraguay,entre otros países, se colaron por primera vez en la discusión geopolítica. Al debate que se dio en el seno del G7, en Biarritz, se suman los debates por los acuerdos de bloques comerciales como la UE y el Mercosur. En este último caso, Francia e Irlanda manifestaron su voluntad de votar en contra del tratado si no se toman medidas para respetar los “compromisos medioambientales” asumidos en el marco de las negociaciones.