El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) significa que los cuatro países de la región –Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay– se integran al capitalismo más avanzado en los próximos 15 años y adoptan las reglas, procedimientos e instituciones económicas de Europa.
Alemania y la zona Euro tienen cuatro veces el nivel de ingreso por habitante de la Argentina (55 mil euros anuales) y posee el mayor superávit de cuenta corriente del mundo, debido a su excepcional potencia exportadora (299 mil millones de dólares en 2018), por encima de Estados Unidos y de China.
Esta es la hoja de ruta de la Argentina y, dentro de ella, se coloca la producción agroalimentaria, que es una de las tres más avanzadas del mundo y la primera en innovación tecnológica e incremento de la productividad junto con Estados Unidos.
El año pasado, la Argentina exportó a Europa por 9.200 millones de dólares: 63 por ciento provino de la agroindustria y de la bioeconomía.
A partir de ahora, el 81,7 por ciento de este total tendrá arancel cero y 17,7 por ciento deberá enfrentar cuotas o preferencias fiscales.
La nueva revolución industrial, cuarta en la historia del capitalismo, no es una realidad mecánica como las tres anteriores. Esta vez unifica cualitativamente lo físico, lo virtual y lo biológico, a través de la informatización. Y crea una nueva materia, inteligente y autónoma: el biogenoma, la secuencia descifrada del núcleo de la vida.
La Argentina participa de este sector de punta del conocimiento del siglo 21 a través del ecosistema Bioceres, en Rosario, constituido por más de 200 empresas biotecnológicas de avanzada, que la constituyen en uno de los cinco principales países productores de eventos biotecnológicos del mundo.
Este es el instrumento de la producción agroalimentaria argentina para participar del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.
Fuente: Agrovoz
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