La Secretaría de Agroindustria trabaja en la búsqueda de las fortalezas y posibilidades que tiene Argentina para desarrollar un mercado a partir de biomateriales. El objetivo es avanzar un paso más en los productos agrícolas y forestales que tiene como base los biocombustibles. También se promoverá la industria de bioinsumos y con ese objetivo se enviará al Congreso un proyecto para reducir el IVA e impulsar su uso en reemplazo de los agroquímicos.
Técnicos de Agroindustria y del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) intercambiaron en los últimos días conceptos para el armado de políticas públicas de cara a la bioeconomía, el cual apunta a buscar y entender lo que tiene y le falta al país para fomentar la elaboración de biomateriales y bioinsumos.
“Argentina, lo que más tiene hoy es biomasa agrícola y forestal. A partir de allí queremos agregar más valor buscando una economía circular que tenga impacto en el interior del país”, señaló el secretario de Alimentos y Bioeconomía, Andrés Murchison.
Para esto “vamos a encargar un estudio que identifique toda la biomasa con que cuenta la Argentina apacible de ser agregada de valor”, dijo el funcionario.
Efectivamente, hay una importante industria de la mano de la biocombustibles que genera trabajo de forma directa a 3.000 familias sin embargo el Gobierno no opina lo mismo y cambió la reglas de juego al imponer una nueva fórmula en la elaboración de los precios. Pero también hay empresas que producen su propia energía de la mano por ejemplo del bagazo, que no es mas que los residuos de la caña de azúcar al extraerle el jugo.
Desde el IICA, su especialista en políticas Edith Obschatko sostuvo que “junto a Agroindustria vamos a tratar de determinar cuál es el problema principal que enfrenta la Argentina en materia de bioeconomía y qué estrategias se pueden aplicar para ir atendiéndolo”.
Según la experta el país tiene un “bajo aprovechamiento” de la biomasa dado que éste tiene muchos usos que hoy “no son aplicados” y que pueden ser fuentes de negocios y principalmente en la “reducción de los gases efecto invernadero”, además de la oportunidad que se tiene de “generar mayor trabajo” en muchas regiones.
A la hora de hablar de biomateriales hay que pensar en aquellos productos elaborados con derivados agrícolas que puede ser soja, maní o mandioca conocidos como bioplásticos.
Murchison adelantó además que se está trabajando con el Senasa en impulsar el uso de bioinsumos con una nueva normativa y además afirmó que se redactando un proyecto de ley para reducir el IVA del 21% al 10,5% que será enviado al Congreso.
El objetivo es ambicioso. Es decir, superar las actuales líneas de agregado de valor permite no sólo ingresar a un mercado distinto sino también otro tipo de recursos económicos. Habrá que ver si las empresas quieren invertir en una tecnología costosa y para eso dependerá el retorno del capital. Pero no deja de ser atractivo y más aún cuando se busca dar un salto mayor en la transformación agrícola.
Fuente: Bae Negocios