El fondo de pensiones del gobierno de Noruega, el fondo de patrimonio soberano más grande del mundo y también conocido como el Fondo de Petróleo, desinvertirá miles de millones de dólares en empresas de petróleo y gas y de grandes mineras de carbón. Además, por primera vez le será permitido invertir hasta u$s 20 mil millones en energías renovables, empezando principalmente con proyectos de energía eólica y solar.
El argumento para la decisión, según el ministerio de Finanzas noruego, es “reducir la vulnerabilidad de nuestra riqueza común ante un declive de precio permanente”. La decisión sobre las energías renovables, además de una estrategia de inversión, es parte de una política inaugurada en mayo de 2015 basada en motivaciones éticas.
Se recomienda que las inversiones en energías renovables iniciales sean de hasta u$s 14 mil millones, pero el techo inicial corresponde a más de $20 miles de millones. Según el análisis del ministerio de Finanzas, estima que el valor del mercado global de infraestructura de energías renovables crezca en un casi 50%, de u$s 2.600 millones en 2017 a $ 4.2 trillones en 2030, impulsado principalmente por energía solar y eólica, que traerá aparejado un fuerte crecimiento para las inversiones.
Las propuestas de energía combinadas cuentan con apoyo interpartidario, así que serían aprobadas por el Parlameno y después implementadas por el Banco de Noruega.
El Fondo de Pensiones Global del país escandinavo fue creado en 1990 para depositar los beneficios de los ingresos obtenidos por la explotación del petróleo y sus activos superan los 900.000 millones de euros.
Lo maneja el Norges Bank Investment Management para el ministerio de Finanzas, que es dueño del fondo en nombre del pueblo. Este ministerio determina la estrategia de inversiones del fondo, siguiendo los consejos de banco y los debates en el Parlamento.
Al ser un fondo global gigantesco que es dueño, en promedio, del 1,3% de cada empresa cotizada en bolsa en el mundo, se espera que esta decisión hará eco en los mercados internacionales.
Para ejemplificar, en mayo de 2015, cuando Noruega desinvirtió miles de millones de dólares del carbón, algo que expertos como el think tank IEEFA recomendaban, Allianz, valuado en $2 billones, adoptó el mismo filtro de 30% seis meses después y, en diciembre de 2017, Axa (valuado en $1 billón) lo adoptó también. A partir de entonces se estuvo dando un efecto cascada en desinversión de carbón.
Fuente: Ámbito
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