China, el gigante asiático, el pronosticado líder de la economía mundial y la nación que podría destronar a Estados Unidos, acaba de lograr un hito: generó una temperatura de 100 millones de grados, un pequeño paso hacia la fusión nuclear, clave en el sector de la energía renovable.
El reactor instalado en Hefei (al este del país) es utilizado para realizar experimentos en el marco del proyecto Iter, el trabajo internacional que se está creando en el sureste de Francia para controlar la fusión del átomo. La temperatura récord que el aparato chino alcanzó en noviembre representa seis veces el calor producido en el corazón del sol.
Este “Superconductor tokamak experimental avanzado” es más conocido con el acrónimo inglés “EAST”. El tokamak, una cámara de confinamiento magnético concebida inicialmente en la URSS, genera un increíble calor con el objetivo de fundir núcleos atómicos. Esta “fusión” nuclear -cuyo principio ya es utilizado en la explosión de bombas de hidrógeno- no debe confundirse con la “fisión” -la división de átomos- que se realiza en las centrales atómicas clásicas.
La fusión nuclear es considerada como la energía del mañana, ya que es infinita, como la del sol, y no produce desechos ni gases de efecto invernadero. “Con esta máquina, esperamos aportar la contribución de China al uso de la fusión nuclear por parte de la humanidad”, explicó Song Yuntao, uno de los responsables del proyecto del reactor experimental.
Pero la dificultad reside en mantener estas altas temperaturas de manera duradera y en contenerlas en materiales resistentes. Todo esto tiene un costo: más de 12 años después del lanzamiento del proyecto, el presupuesto del Iter está valorado en casi 20.000 millones de euros. La investigación sobre la fusión nuclear no es nueva.
Según Iter, el proyecto Jet, en Reino Unido, es hasta el momento el tokamak más grande y potente jamás construido. Otras cámaras de confinamiento magnético, algunas de las cuales ya no están en funcionamiento, se construyeron en Europa, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, a veces con resultados globalmente superiores a los del EAST, reconoce Wu Songtao, un ingeniero del Iter. “EAST alcanzó 100 millones de grados únicamente en el centro de la máquina y la temperatura era mucho más débil fuera del núcleo central”, sostuvo.
El reactor que se está construyendo en el sureste de Francia, y que será diez veces más grande que sus predecesores, deberá alcanzar los 150 millones de grados. Los primeros ensayos están previstos para 2025.
Por su parte China aspira a construir otro reactor de fusión nuclear que, a diferencia del EAST, estaría unido a la red eléctrica, que podría empezar a dar alimentación “hacia 2040 o 2050”, al finalizar las investigaciones en 2030, según Yuntao. El presupuesto previsto para esta fase es de 6000 millones de yuanes (800 millones de euros).
Si bien el país cuenta con entre “20 y 30 años de retraso” respecto a las grandes naciones industrializadas en materia de energía nuclear, sus capacidades se desarrollaron rápidamente durante los últimos 20, especialmente desde que se incorporó al Iter.
Fuente: La Nación