En un árido paisaje lunar en las tierras altas del norte de Argentina, el parque solar más grande de América del Sur está creciendo gracias al financiamiento y tecnología de China.
Funcionarios locales dijeron que buscaron ayuda en Estados Unidos, Europa y en casa, pero sin éxito. Señalaron que los prestamistas y potenciales socios estaban asustados por el tamaño del proyecto y los problemas fiscales de la provincia de Jujuy, uno de los distritos más pobres del país.
El Banco de Importación y Exportación de China lo vio de manera diferente. La institución, financiada por el Estado, aportó el 85 por ciento de los 400 millones de dólares que costó el proyecto. Con un interés anual del 3 por ciento a 15 años, para Jujuy es “dinero barato”, dijo una persona familiarizada con el acuerdo.
A cambio, la provincia tuvo que comprar casi el 80 por ciento de los materiales a proveedores chinos.
Entre esas empresas aparece Huawei Technologies, el gigante de las telecomunicaciones que está bajo fuego por parte del presidente estadounidense Donald Trump. Algunos miembros de su gobierno sostienen, sin haber presentado pruebas, que sus equipos podrían ser usados por Pekín para espionaje.
En Jujuy, la compañía provee conversores, tecnología que transforma la energía de los paneles solares a corriente utilizable que sirve como una puerta de entrada crucial a la red eléctrica.
El proyecto, conocido como Cauchari, es una prueba de la creciente influencia de Pekín como patrocinador de grandes proyectos en mercados emergentes con faltante de fondos. Y está ayudando a China a consolidar su posición como líder mundial en tecnología de energía limpia.
En momentos en que Trump está duplicando los combustibles fósiles y retirando a Estados Unidos de asociaciones globales, la iniciativa del presidente chino Xi Jinping “Cinturón y Ruta de la Seda” busca poner a la innovación y a las empresas chinas en el centro del desarrollo de infraestructura en todo el mundo, incluyendo fuentes de energía de próxima generación.
“Es una forma de expandir la creciente presencia global de China, y reorienta progresivamente el mundo desde la visión centrada en Estados Unidos y Europa de los últimos 50 años”, dijo Tim Buckley, director del Instituto para la Energía Económica y Análisis Financiero, con sede en Estados Unidos.
Esa tendencia ha generado duras críticas de funcionarios del Gobierno de Trump. El Secretario de Estado, Mike Pompeo, denunció el 12 de abril en Santiago de Chile las prácticas de préstamos “depredadoras” de China, que los críticos dicen que dejan a los deudores atados a Pekín.
Pompeo alertó repetidamente que la tecnología china, incluidos los equipos fabricados por Huawei, representan un riesgo a la seguridad que podría afectar el intercambio de información por parte de Estados Unidos.
“No está bien poner sistemas tecnológicos con capacidad latente de tomar información de ciudadanos de Chile o de cualquier otro país y transferirla al Gobierno del presidente Xi”, dijo Pompeo.
Pero en la provincia de Jujuy, de 750.000 habitantes, los funcionarios no están de humor para ese debate. Argentina ha establecido objetivos ambiciosos de energía renovable. Ellos dicen que es China está aportando el dinero y la tecnología para ayudarlos, y no Estados Unidos.
“Lo que podemos decir, sin temor a equivocarnos, es que China, en su momento, ha sido la que más generosamente abrió sus puertas para financiar estos proyectos”, dijo Carlos Oehler, presidente de la agencia provincial de Energía Jemse, en una entrevista con Reuters en la capital provincial.
El acuerdo ha llevado a la provincia argentina a hacer compras a otros proveedores chinos, incluyendo un contrato para equipos de vigilancia. El gobernador, Gerardo Morales, dijo a Reuters que Jujuy y la provincia china de Guizhou han establecido una relación de hermandad y se mostró confiado en que esta sociedad no sea la única.
“Recibimos la visita de muchas empresas chinas”, señaló.
Huawei, el mayor proveedor mundial de conversores, ha negado reiteradamente que representa algún riesgo de seguridad. La empresa dijo en un comunicado que va a continuar la provisión de “soluciones innovadoras, confiables y seguras” a sus clientes.
IMPULSADO POR CHINA
Ubicado a más de 4.000 metros por encima del nivel del mar, Cauchari es uno de los parques solares con más altitud en el mundo. Reuters está entre los pocos medios de comunicación que logró visitarlo.
Las filas de paneles se extienden hacia el horizonte, mientras que las cajas de equipos aún empaquetados esperan para ser instaladas. Los visitantes se registran en una clínica en el lugar para controlar su presión arterial y ritmo cardíaco debido al riesgo de sufrir alguna descomposición por la altura.
La planta, que se espera que comience a enviar corriente en agosto, va a generar hasta 300 megavatios de electricidad, suficiente como para abastecer a 120.000 hogares. Una expansión planificada a 500 megavatios elevaría el número de hogares beneficiados a 260.000 y el costo final a 551 millones de dólares, según los funcionarios provinciales.
En el camino de tierra que lleva al sitio de construcción, los letreros en español y mandarín proclaman la participación de la compañía estatal de construcción PowerChina y del fabricante de equipos Shanghai Electric.
Es otro indicador de la creciente influencia de Pekín en la región. China es el mayor comprador de soja, mineral de hierro y otros productos primarios sudamericanos, mientras que los inversores chinos adquieren participaciones en sectores clave como la energía.
Solo en Argentina, China financió represas hidroeléctricas y parques eólicos, y el Gobierno está en negociaciones para un proyecto de energía nuclear que podría usar el diseño del reactor Hualong One. Pekín ha invertido unos 5.700 millones de dólares en proyectos energéticos desde el 2000, según el Centro de Políticas Globales de Desarrollo de la Universidad de Boston.
El presidente argentino Mauricio Macri participó del primer foro del “Cinturón y Ruta de la Seda” en 2017 en Pekín, una muestra de los lazos más cercanos entre los países. Se espera que en el segundo foro, que tendrá lugar este mes en la capital china, participen una cantidad importante de funcionarios de América Latina.
China ha invertido más de 244.000 millones de dólares en proyectos de energía en el mundo desde el 2000, y un cuarto de esa cifra fue destinada a América Latina, según el Centro de Políticas Globales de Desarrollo de la Universidad de Boston.
Mientras que la mayor parte de ese capital fue destinado a petróleo, gas y carbón, China ha sido el mayor inversor en energías limpias del mundo durante nueve años consecutivos, según la embajada china en Buenos Aires.
China es el mayor fabricante mundial de paneles solares y conversores, una dominación que ha dificultado la competencia para los productores europeos y estadounidenses.
El año pasado, el Gobierno de Trump impuso fuertes aranceles a la importación de paneles, citando competencia desleal. Pero muchos expertos en energía explican que la caída de los precios explica la aceleración de la adopción de la energía solar.
Lo mismo ha hecho la voluntad de China de financiar proyectos de energía limpia en el mundo en desarrollo, abriendo las puertas a sus empresas.
En Jujuy, el Gobierno local firmó un acuerdo con el gigante tecnológico chino ZTE para abastecerse de sistemas de telecomunicaciones de fibra óptica y cientos de cámaras de vigilancia, como consecuencia del proyecto solar.
“(Cauchari) nos abrió el camino, una ruta, para otros proyectos”, dijo una persona con conocimiento de la situación a Reuters.
El giro de Jujuy hacia China remarca el desafío para Estados Unidos, cuyas advertencias sobre las trampas del respaldo chino no son suficientes contra el avance y los recursos de Pekín.
El gobernador de Jujuy recientemente viajó a China para discutir la expansión de Cauchari con PowerChina y con el Banco de importación y Exportación en uno de varios viajes de funcionarios hacia ese país en los últimos años.
Jujuy, con su proyecto de energía limpia que será lanzado en breve, y su bajo riesgo sísmico, busca posicionarse como un lugar atractivo para que las empresas instalen sus centros de datos. Morales dijo que universidades chinas en Ghizhou están colaborando en la curva de aprendizaje de la provincia.
“Que de pronto Jujuy sea reconocida en China (…) creo que ahí tenemos abierto un camino”, sostuvo Morales.
Fuente: Reuters
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