Con la suma de las energías renovables y una electrificación más exhaustiva, es posible obtener más del 75% de la reducción requerida de emisiones relacionadas con la energía de aquí a 30 años más. Esta es una de las principales conclusiones del estudio “Transformación energética mundial: hoja de ruta hasta 2050”, realizada por la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) y presentada ayer en el Diálogo de Berlín sobre la Transición Energética, uno de los eventos del mundo más importantes del sector y que sirve como referencia para los compromisos de diferentes países con respecto a la disminución del cambio climático.
El tema cobra aún más relevancia en nuestro país, si tomamos en cuenta no sólo nuestra reciente vocación y crecimiento por la energía solar fotovoltaica, sino también en el contexto de la Ruta Energética lanzada por el gobierno y de la próxima cumbre climática (COP 25) que se realizará en Santiago a fin de año.
Según el informe, que hace una proyección sobre el uso de la energía en el planeta, existen vías para satisfacer el 86% de la demanda mundial de electricidad con energías renovables al 2050. Incluso, el suministro eléctrico mundial se duplicaría con creces durante este período y, en buena medida, se generaría a partir de energías renovables, fundamentalmente de la solar fotovoltaica y la eólica.
“Las energías renovables representan la solución más eficaz, y una ya existente, para revertir la tendencia al alza de las emisiones de CO2”, dijo el director general de Irena, Francesco La Camera. De hecho, según indican las cifras, de tomarse las medidas correctas, se podrían disminuir las emisiones de CO2 en casi 30% en una década y en más de 70% para mediados de siglo. Pero para eso, se necesitan “objetivos climáticos y de energías renovables más agresivos”, concluye el estudio.
La transición
Según el documento, si se acelera la transición en consonancia con esta “hoja de ruta”, la economía mundial podría generar un ahorro acumulado de hasta US$160 mil millones en los próximos 30 años en términos de salud, subsidios relacionados con la energía y daños climáticos. “Cada dólar destinado a la transición energética se amortizaría hasta 7 veces. La economía mundial registraría un crecimiento del 2,5% en 2050. Sin embargo, los daños climáticos pueden generar importantes pérdidas socioeconómicas”, dice el estudio.
“La transición hacia las energías renovables es lógica desde el punto de vista económico”, dijo La Camera y agregó: “A mitad de siglo, los trabajos creados en el sector energético impulsarían el empleo mundial en un 0,2%. La transformación energética mundial va más allá de una transformación del sector energético. Es una transformación de nuestras economías y sociedades”.
Incluso, el informe le hace una recomendación a los gobiernos: que centren su política nacional en estrategias a largo plazo de cero emisiones. Además, destaca la necesidad de impulsar y aprovechar la denominada “innovación sistémica”, que incluye el fomento de sistemas energéticos más inteligentes por medio de la digitalización y electrificación. “La transformación energética está adquiriendo impulso, pero hay que acelerarla aún más”, concluyó La Camera.
Fuente: Revista EI.