El liderazgo de Córdoba en la producción del bioetanol que se usa para la mezcla local obligatoria con las naftas recibió un nuevo impulso ayer con una resolución de la Secretaría de Energía publicada en el Boletín Oficial.
A través de ese instrumento, el Gobierno nacional amplió 63 por ciento el cupo del biocombustible derivado del maíz que Bio 4 puede enviar anualmente a las petroleras: de 50 mil metros cúbicos a 81.700. Según Manuel Ron, presidente de la firma riocuartense, se trata de un volumen que ya venían entregando y que ahora se formalizó.
Pero hay otro dato sobresaliente en la medida oficial: por primera vez se le otorgó un cupo de 58.800 metros cúbicos (equivale a 58,8 millones de litros) a Maíz Energía SA, una empresa cordobesa cuyos socios son Porta Hnos., Óleos del Centro, Establecimiento Las Chilcas y Agropecuaria Los Mistoles.
Porta es la compañía que desarrolló las MiniDest, que son pequeñas destilerías que, a partir de un proceso de fermentación del maíz, pueden producir etanol y burlanda (insumo para alimentación animal).
Las otras tres firmas son los primeros establecimientos ganaderos donde las MiniDest se instalaron y que ahora, de manera formal por medio de Maíz Energía SA, fueron autorizados a proveer bioetanol a las petroleras. Hasta hoy, lo que hacían era enviar el etanol a Porta para la producción de alcohol con fines alimenticios, medicinales y cosméticos (la empresa no produce biocombustibles), y se quedaban con la burlanda.
“La idea es que en cada MiniDest se instale una anhidradora para refinar el etanol y que esté en condiciones de ser despachado directamente a las petroleras”, explicó Luis Magliano, propietario de Óleos del Centro, que posee un establecimiento ganadero en Santiago del Estero. Las Chilcas está ubicado en Villa María de Río Seco y Los Mistoles cuenta con un feedlot en Las Peñas (Totoral).
Para Magliano, esto tiene varias ventajas: además de tratarse de un combustible con menor impacto ambiental, “estas pequeñas destilerías, instaladas en el medio de los campos, significan un verdadero agregado de valor en origen”.
“Son entre 20 mil y 25 mil toneladas de maíz que se procesan para el bioetanol, y otras tantas que se necesitan para engordar a los novillos. Es más dinero que venderlo como grano y, por lo tanto, se reduce el gasto en fletes”, valoró Magliano.
Fuente: La Voz del Interior
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