El catamarán solar, nuevo proyecto de uso y aprovechamiento de energías alternativas que es impulsado por la UTN Santa Fe y financiado —entre otros— por el municipio santafesino, ya muestra un importante grado de avance, por lo que será probado en el agua el mes que viene. Así lo confirmó a este medio el ingeniero mecánico Andrés Giuliani, integrante del Grupo de Ingeniería Mecánica Aplicada (GIMA) de esa facultad local, equipo de trabajo que tiene a su cargo este proyecto, que viene desarrollándose desde hace unos cuatro años, tiempo en el que se realizaron distintas tareas específicas y complementarias.
Primero se pasó por una etapa de diseño y cálculo del tipo de embarcación que se quería fabricar. Después sobrevino un período dedicado a conseguir el apoyo público y privado necesario para la concreción física de este barco tan especial (entre ellos el de diputados y senadores provinciales), para pasar luego a la fabricación y el montaje. El catamarán actualmente se encuentra en las instalaciones del Club Marinas, en la zona del Dique 2 del Puerto Santa Fe, donde se desarrolla la puesta a punto definitiva.
“Hoy estamos trabajando en el montaje final y en distintas pruebas de funcionamiento de los componentes, con la idea de realizar las pruebas en el río los primeros días de diciembre, las que contarán con el acompañamiento de la Prefectura Naval Argentina”, amplió Giuliani. El lugar físico en el que está ubicado el catamarán, dentro del predio de la institución náutica, permite generar energía eléctrica, por medio de la radiación que incide sobre las celdas fotovoltaicas.
En una charla explicativa sobre este tema (realizada durante la firma del convenio que rubricaron Club Marinas y la UTN), Giuliani recordó que la construcción del catamarán está ligada a una experiencia anterior de los equipos de trabajo de la facultad regional: el vehículo propulsado con energía solar que en 2011 participó con éxito del Atacama Solar Challenge de Chile. Como la participación en tierras chilenas tuvo una excelente repercusión en los ámbitos académicos y gran difusión en los medios, el equipo de trabajo empezó a visitar distintas escuelas de la ciudad para contar su experiencia. Así, fueron incentivando el uso de energías renovables en los chicos, para que éstos se animen a trabajar en el diseño de esta clase de elementos.
En una de esas charlas, surgió la idea de crear algo que pueda ser funcional y de utilidad para Santa Fe. “Lo primero que nos planteamos, al estar la ciudad rodeada por el agua, es intentar ver cómo funciona un motor eléctrico en una embarcación”, dijo Giuliani, quien en la ocasión estuvo acompañado por el ingeniero eléctrico Pablo del Rosso. Al principio “pensamos en algo chico, un bote para una persona; pero cuando quisimos darle forma al prototipo y empezamos a sumar ideas, esa embarcación idealizada terminó convirtiéndose en el catamarán de 6 metros de eslora por casi 3 de manga que tenemos ahora”.
“Por lo general a los mecánicos nos gusta exagerar y agregar cosas, entonces aquella pequeña canoa que teníamos en mente nos fue quedando chica”, añadió Giuliani. Para finalizar, el especialista resaltó que, en función del proyecto de energía solar, el catamarán va a tener capacidad para 8 personas. El tamaño de la embarcación en realidad permitía una mayor cantidad de pasajeros o tripulantes (12), pero como se trabaja con energía solar y ello implica una carga muy superior sobre el casco, se redujo el número de personas que se pueden trasladar.
La etapa final del proyecto del catamarán se realiza en el marco del convenio de colaboración mutua rubricado por Club Marinas y la UTN Facultad Regional Santa Fe, orientado fundamentalmente al desarrollo de energías alternativas aplicadas al transporte. La firma de este acuerdo contó con la presencia de Marcelo Eduardo Kuhar (presidente de Marinas) y del ingeniero Rudy Grether (decano de la UTN). Augusto Serrao, miembro de la comisión directiva de la institución náutica, ofició de nexo entre las dos entidades.
La embarcación
Las medidas y características técnicas del catamarán solar son las siguientes: eslora total, 6,00 metros; eslora de flotación, 5,54 metros; manga, 2,97 metros; puntal, 0,75 metros. El peso del barco, teniendo en cuenta sólo el casco, sin el techo donde van los paneles solares, es de 412 kilogramos. La estructura es de fibra de vidrio. El diseño surgió de las distintas embarcaciones que se pueden observar en el mercado y lo que podría ser de utilidad para esta zona, además de la opinión de talleristas dedicados al rubro, los que aportaron sus ideas.
El techo de la embarcación, donde están dispuestos los paneles con las células fotovoltaicas, es un modelo KS100T, con potencia nominal de 100 WP (watts pico). El peso de cada panel es de 8 kilogramos. Como el catamarán lleva un total de 24 paneles, el peso del techo asciende a 192 kilos, elevándose a 604 el del bote completo (412 más 192). Lo impulsarán 8 baterías modelo T-605.
Fines turísticos
Pablo Tabares, director de la Agencia de Cooperación Internacional, Inversiones y Comercio Exterior, expresó que el apoyo de la Municipalidad de Santa Fe a este proyecto, especialmente con la gestión de fondos, guarda relación con la necesidad de potenciar la política general de adaptación al cambio climático y el consumo responsable. En el caso del catamarán, además, la intención es bajar las emisiones de carbono, alentando a las instituciones como la UTN a que investiguen y desarrollen propuestas de movilidad con energías alternativas y renovables.
“Este prototipo para nosotros es motivo de orgullo, porque está hecho por profesionales locales y su desarrollo ha sido ciento por ciento local, desde su motorización, la distribución de las baterías, el diseño del casco y el sistema de propulsión”, describió Tabares. Además, aclaró que una vez que el bote haga la navegación inaugural, se iniciará una etapa de prueba y mediciones a cargo de la UTN, prevista para optimizar con antelación su puesta en funcionamiento. El catamarán será utilizado para fines turísticos y demostrativos, porque tiene un componente simbólico muy fuerte para la ciudad y su zona de influencia.
Fuente: El Litoral
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