Como resultado de un proyecto conjunto entre la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la empresa Val-Mar y la Asociación para el Desarrollo del Departamento Garay, este miércoles, se realizará la puesta en marcha de una planta piloto para el aprovechamiento del descarte de zanahoria.
Se trata de una planta única en la región que redundará en beneficio de los productores locales y permitirá aprovechar toneladas diarias de desechos para convertirlos en subproductos de alto valor agregado, como alcohol etílico para utilización como biocombustible y aplicación en farmacéutica y perfumería; y carotenos con utilidad para la industria alimenticia.
El acto protocolar de puesta en funcionamiento se realizará el miércoles, a las 18:30, en la Planta Val-Mar, en Santa Rosa de Calchines (Ruta Provincial 1, Km. 38, 900 mts. al Oeste).
Estarán presentes el rector de la UNL, Enrique Mammarella; el decano de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ-UNL), Adrian Bonivardi; el presidente del Directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, Facundo Lagunas; el titular de la firma Val-Mar, Mariano Soressi; Marcelo Dupráz por la Asociación para el Desarrollo del Departamento Garay, entre otras autoridades universitarias, provinciales, municipales, empresarios, productores locales y público.
Nacimiento de una idea
En 2013, un grupo de empresarios y productores contactaron a la Facultad de Ingeniería Química (FIQ-UNL) buscando alternativas que permitan solucionar un problema regional: grandes volúmenes de zanahorias de descarte comercial que impactaban negativamente en el medio ambiente. De este modo, en el origen del proyecto existió una demanda real del sector socio-productivo que recurrió a la UNL como aliado estratégico para dar respuesta al problema de manera conjunta.
Esta relación empezó a formalizarse un año después, en 2014, cuando se inició el proyecto de aprovechamiento de zanahorias de descarte a partir de la conformación de un consorcio público privado en el que participaron la UNL, la empresa Val Mar de Santa Rosa de Calchines y la Asociación para el Desarrollo del Departamento Garay.
Para ello se conformó también un grupo ad hoc: “Valorización de Descartes agroindustriales” de la FIQ compuesta por docentes-investigadores de la Universidad y del Conicet.
Innovación y sustentabilidad
El proyecto parte de un problema a nivel nacional, pero canalizado a través de la empresa Val-Mar. Esta firma, dedicada a la producción y empaque de zanahorias, descarta alrededor de 1.700 toneladas por año por no cumplir con las condiciones del mercado. Estos desechos generan grandes pérdidas para éste y otros establecimientos productivos por el volumen que se descarta, el que se “tira” a campo para que lo consuman los animales produciendo un severo daño ambiental.
Cada día, durante la época de cosecha, las plantas empaquetadoras de la zona costera santafesina descartan aproximadamente 100 toneladas de zanahorias, es decir, el equivalente a la basura que se produce en una ciudad con 100 mil habitantes. Esto se debe a que no cumplen con los requisitos de forma y tamaño impuestos por el mercado. Así, hasta el 30% de la producción no puede ser comercializado, lo que repercute tanto en los costos como en el impacto ambiental de la actividad.
Bajo la premisa de encontrar una solución a esta problemática, los investigadores UNL-Conicet se abocaron al diseño de procesos que permitan agregarles valor. La primera propuesta fue generar bioetanol a partir de los azúcares fermentables que tiene la zanahoria. Luego vieron que también era factible extraer carotenos, que son colorantes naturales utilizados en la industria alimenticia, que el país no produce y se importan en su totalidad. El objetivo siempre es sacar el mayor provecho del descarte de zanahorias, por eso, además del bioetanol, los carotenos y las fibras alimentarias, los investigadores continúan trabajando para optimizar los procesos de extracción para la obtención de otros subproductos.
Acciones y resultados
La construcción, montaje y puesta en marcha de la planta piloto en el área de empaque de la empresa Val Mar en Santa Rosa de Calchines, es uno de los resultados de este proyecto integral. Gracias a los esfuerzos conjuntos, también se logró la construcción de un contenedor tecnológico de FIQ en Ciudad Universitaria en donde se realizan los diferentes análisis de laboratorio de las zanahorias de descarte, y se adquirió equipamiento para tal fin.
Este desarrollo es susceptible de aplicarse a diversos tipos de descartes agroindustriales y su posterior tratamiento industrial para la obtención de bioproductos de múltiples aplicaciones.
Financiamiento
Las fuentes de financiamiento fueron diversas y complementarias, desde fondos propios de la UNL hasta financiamientos nacionales, a través de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y provinciales, a través de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación. Todo ello permitió que hoy se esté concretando esta etapa, inaugurando una planta piloto que sienta un precedente, un hito, en la vinculación Universidad-Empresa que redundará en beneficios no sólo para el Departamento Garay sino de toda la cadena productiva relacionada.
Fuente: Prensa FIQ | UNL
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